Kim Seokjin estaba radiante. Se había despertado de un humor excelente y con ganas de arreglarse. Se visitó con su mejor traje, un Thom Browne gris hecho a medida, y lustró sus zapatos con betún. Las ojeras habían desaparecido por completo de su rostro sin imperfecciones y sus labios estaban rojos y carnosos alrededor de una sonrisa deslumbrante. Su cabello engominado decía: "Soy alguien importante".
Entró a las oficinas de Geum con el pecho subido y a paso presto, gruiñándole el ojo al guarda de seguridad junto a la puerta. Andaba con tanta ligereza que al subirse al ascensor, en vez de éste hundirse bajo su peso, pareció flotar más suave. Al verlo pasar, los lobos del departamento de contabilidad alzaron el hocico. Jin se detuvo con ellos y logró arrancarles un par de carcajadas antes de seguir camino a su puesto.
Enseguida se distrajo con otro grupo reunido alrededor de la impresora, que le invitaron a galletas de canela y café. El ambiente estaba agitado pero festivo y es que, a fin de cuentas, era Navidad.
Pero a Seokjin las fiestas no podían importarle menos. Sin querer recrearse demasiado en la dulce reunión improvisada, se escapó como pudo y se encerró en su despacho donde trabajó diligentemente el resto de horas. En cuanto el reloj anunció el mediodía el beta hizo acto de presencia en el resto de departamentos, repartiendo augurios y buenos deseos, y finalmente se despidió de sus compañeros y compañeras y se marchó.
Después compró un vino Cabernet y tomó el autobús que le llevaría al restaurante de su hermano, donde se encontró con sus padres y su cuñada.
Tras la comilona en familia y un par de copas de más, el sopor del estómago lleno empezó a tirar de él. Su vigoroso brillo matutino se vio eclipsado por un mareo borracho que le hizo dar trompicones de vuelta a las oficinas.
Al verlo regresar, el guarda de la entrada le ofreció un vaso de agua que Seokjin agradeció inmensamente, pero que aceptó algo avergonzado.
El ambiente en las oficinas había cambiado por completo en cuestión de horas; el silencio sepulcral y las luces apagadas hacían que no pareciese el mismo lugar de aquella mañana. Todo el mundo había fichado ya su salida y se había ido a su hogar a pasar la Navidad con los seres queridos. Ya no quedaba nadie en la planta. Nadie salvo un lobito que sacudía el pie nervioso, esperando en solitud en su despacho.
Seokjin no pudo evitar sonreír ante el mero hecho de pensar que su buen amigo había vuelto a Geum. Sacudió la cabeza para espabilarse. Pero como no se le iba la tontuna, simplemente abrió la puerta de par en par y bramó contento:
-¡Jeon Jungkook~!
El alfa fue embestido por un abrazo con aliento a alcohol. "No cualquier alcohol", acertó su nariz, "Un vino caro".
-Te dije que vendría pero aún así tú te has tomado el día de fiesta. -se quejó enfurruñado.
-Ay, ay. -Jin le restó importancia con la mano- ¿No ibas a volver mañana? Tu mensaje me ha pillado por sorpresa. Estaba con la familia en el restaurante de mi hermano. Es Navidad, ¿Sabes?
Jungkook tensó la mandíbula de golpe.
"¡Mierda!", pensó, "¡Por eso me ha llamado mamá antes!". El teléfono le había sonado tan pronto había puesto el primer pie en las oficinas. Pero Jungkook había ignorado la llamada bajo el pretexto de estar agobiado (aunque básicamente por pereza). No necesitó la ceja levantada del beta para darse cuenta de que la había cagado un poco.
Para los Jeon, una familia de pocas tradiciones, no era costumbre pasar esas fechas juntos. Sus padres solían aprovechar las vacaciones para hacer una escapadita romántica a su casa rural favorita, cerca de la frontera con Nunbola. En cuanto Jungkook fue lo suficientemente mayorcito para disipar la magia, se acabaron los regalos y empezó a quedarse los días festivos en casa de sus abuelos. Una vez emancipado simplemente pasaba la Navidad solo, viendo Home Alone y comiendo una cantidad indecente de pastel de arroz. Al día siguiente solía levantarse temprano e ir al gimnasio. Nada del otro mundo.
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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fanfiction+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...