Kim Seokjin vivía en el que él consideraba uno de los mejores apartamentos de la ciudad. Era moderno, pero acogedor y tranquilo, las paredes gruesas le protegían de los disturbios vecinos y con un solo altavoz se le llenaba la casa de música. Incluía plaza de parking y era relativamente espacioso para un lobo soltero, sobre todo el salón, donde cabían un sofá de tres plazas generosas y un sillón.
A pesar del lujoso espacio de sobras, el beta y su visita estaban sentados uno al lado del otro, casi peleando por el mismo sitio. Ambos se inclinaban hacía delante para ver con claridad la pantalla del teléfono acostado sobre la mesa de café.
-Cuando quieras, Moonbyul. -le dijo el beta.
-Llama ya. -mandó ella.
Seokjin marcó un número de teléfono y pulsó para llamar. Mientras los tonos sonaban, Moonbyul tomó pluma y papel y escribió la fecha del día. Debido al tul rugoso que cubría la mesa, los números le quedaron algo distorsionados.
En la mesa había dos latas de Monster de fresa, hojas en blanco, una grabadora y bolígrafos preparados para dejar constancia de cualquier pieza de nueva información. No era un espacio de trabajo óptimo, pero al menos allí no les escucharía nadie que no debiera.
Los tonos del teléfono pararon cuando el destinatario de la llamada descolgó.
-Hola. ¿Seokjin? -la voz de Yoongi sonaba ronca. Tal vez porque era casi media noche.
-¡Yoongi, recordaste mi nombre! -festejó el beta- ¿Te he despertado? ¿Cómo fue el trayecto en furgoneta? Llegaste a la casa sin problemas, ¿Cierto? ¿Cómo estás?
-Sí. Bien. -respondió huraño. Yoongi y Seokjin parecían poseer energías opuestas.
-¡Me alegro! Por cierto, Moonbyul está aquí conmigo. Estás en altavoz.
-Oh, hola, Moonbyul. -saludó más suave antes de bostezar- Gracias por confiar en mí y dejarme marchar a Daia.
-Por supuesto. -dijo Jin, con ese tintineante sarcasmo suyo- El señor Min Yoongi me pareció un hombre que toma honra en cumplir sus promesas. Puesto que tenemos un trato, no veo por qué debería preocuparme...
-Ahora dinos. -cortó Moonbyul, quien tenía ganas de recoger rápido e irse a casa- ¿Has conseguido algo sobre RED?
-Vas a lo que te interesa... -murmuró Yoongi con una sonrisa- Apenas han pasado dos días desde que llegué a Daia, pero ya os adelanto que algo podré extraer. De momento, Minatozaki Sana ha accedido a colaborar con nosotros. -hizo una pausa- Tranquilos, sabe lo justo y no dirá nada. Ella es la loba omega que os comenté. Sigue en el Frente de Luseu y me ha confirmado que están al tanto de la existencia de RED. Recopilar información no debería ser difícil.
-¡Perfecto! -exclamó Jin, garabateando con su pluma un calendario en el papel- Entonces deberíamos planificar las semanas. Soy un hombre ocupado así que yo me encargaré de...
-No tan rápido. -le cortó el omega- Antes de empezar a buscar lo vuestro, hay algo que tengo que hacer.
La alfa y el beta intercambiaron miradas. Jin cruzó los brazos.
-¿Perdón?
-Quiero contactar con los demás que apoyaban a Park Jimin. Éramos un total de doce lobos, Jimin y yo incluídos, y nos separamos pocos días antes de que... Em... ¿Jungkook me secuestrara? -se rascó el cuello- La cosa es: si siguen vivos, son gente en la que podemos confiar completamente. No creo que nos fuese mal ampliar el equipo.
Seokjin se arrancó una piel del labio. No le hacía demasiada gracia tener que depender de la coordinación de varios lobos y prefería mantener el número de testigos de su deslealtad bajo. Pero sabía que, aunque le suplicara a Yoongi para que abandonase su idea, éste no daría su brazo a torcer.
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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fanfiction+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...