#66 EXTRA

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A continuación un pequeño extra que no tenía planeado pero que me pareció "interesante" de escribir... Jejeje. ¡Disfruten! (¡Y leed el mensajito al final, porfaplis, me hace mucha ilu!)

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Jimin se relamió los labios. ¿Debía unirse a la celebración aunque fuese por su derrota?

-Que no te sepa mal~ -le susurró entonces Jungkook, besuqueándole la cara (y a veces la oreja o el cuello, no siempre atinaba). Estaba borracho. Jimin trató de quitárselo de encima pero resultó especialmente tozudo y pesado- Nadie puede estar en la cima todo el rato~

-Aparta, apestas a cerveza. -protestó el omega. El alfa se veía ridículo con sus gestos torpes, las coletas deshaciéndose y los ojos ebrios pestañeando cada uno a un ritmo distinto.

-Ay~ Mi amor, no estés infeliz~ -continuó agasajándolo y manoseándolo, haciendo un desastre de su pelo y ropa- Yo te quiero igual aunque seas un perdedor~ ¿Hm~?

-D-dios mío, c-cállate...


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Los aguijones de la Luna rasgaban los batallones de nubes largas y púrpuras que acometían a su brillo perlado. Marcado por una idea disparatada, había sido un día largo e intenso, aterrador y agridulce. Con todo, lleno de risas. A puertas de la madrugada siguiente, ya era hora de despedirse de él.

Las ventanas de la planta inferior estaban abiertas, ventilando los sudores de la celebración. El último lobo en abandonar el salón apagó la luz tras él. Subiendo las escaleras, a cada escalón más evidente, silbaba un llanto penoso y entrecortado proveniente del primer cuarto cerrado. Al caer la noche, no era inusual que alguien llorase en aquella casa y, una vez descansada la oreja en la almohada, ya no se escucharía nada.

Por eso nadie le prestó atención. Ahora bien, el llanto que no era sollozo no cesaría todavía.

-¡Urg! ¡Egh! -gimoteaba Jimin- ¡Urrk!

-¿Por qué pones esa cara, amor? -Jungkook acarició sus mejillas húmedas, repletas de él- ¿Sigues triste por haber perdido? Sólo era un juego~

"¡¿A quién le importa una mierda el piedra-papel-tijera?!", quiso gritar el omega. Como Jungkook había soltado su cabeza, Jimin pudo retirarse hacia atrás. Tosió violentamente, salpicando saliva por sus rodillas desnudas.

-C-cabrón... -jadeó sin aliento.

-Ay, no. -le riñó el alfa- Palabrotas no.

Metió un pulgar en su boca. Recorrió su sedosa lengua y sus colmillos puntiagudos. Estiró la piel de los labios hacia un lado, contemplando el pozo rojizo empapado por y para su complacencia, y lo empotró de nuevo con su virilidad.

-¡Ak! -se sorprendió el omega cuando la gruesa carne aplastó su úvula contra las paredes de su garganta- ¡Egh! ¡Mng! ¡Ugh!

Jimin clavó sus uñas con rabia en las piernas de Jungkook. Allí donde hincaba sus dedos se abrieron afilados arañazos pero el alfa, en lugar de alejarse, enredó sus manos entre los cabellos rosas y se forzó aún más adentro.

-¡Mmpf! ¡Nng! -los labios hinchados brillaban con el escozor de la sal- ¡Cough! -logró toser de nuevo al zafarse del vaivén de aquellas despiadadas caderas. Incluso fuera de su boca, el pene del alfa seguía golpeándole el rostro, rogando el retorno de sus caricias- ¡Cough, cough!

-Ah... De verdad... Eres un desagradecido~ -se lamentó Jungkook, observando cómo las venas privadas de aire se ensanchaban en sus sienes- He revuelto tus labios con todo lo que tenía para ver si te olvidabas de la derrota. ¡Pero siguen hacia abajo, todavía tristotes!

EL OLOR DE LOS JILGUEROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora