-¡Gillipollas!- grito Miguel de la nada asustando tanto a Alex como a Rubén.- ¿¡Cómo se te ocurre venir a tocar la guitarra con esta lluvia!? ¡Además no hay nadie! ¿¡Quién te va a dar dinero a esta hora y con este tiempo!? ¡Es que tío de verdad!
Rubén pestañeó perplejo, olvidando la presencia de la otra persona de pie junto a Miguel. Nunca había visto al pelinegro así de enojado y no terminaba de entender por qué lo estaba.
-P-perdón- dijo dudoso, bajando la cabeza sin saber por qué se disculpaba. En ese instante Miguel se calmó y se dio cuenta de que le había gritado como un loco. Miró a Alex y este movió la cabeza decepcionado, indicándole que se disculpara con Rubén. Miguel se sonrojó por alguna razón estúpida.
La verdad es que Alex también se había sorprendido por la actitud de Miguel, pero a diferencia de Rubén, conocía la razón. Ahora lo entendía mejor.
Miguel suspiró y se acercó para colocar su mano en el hombro de Rubén, haciendo que este levantara la cabeza un poco asustado. Sus ojos estaban brillosos no solo por la repentina reacción de Miguel, sino también porque la lluvia y el frío comenzaban a debilitarlo y comenzaba a sentirlo mucho. Siempre había sido sensible al frío pero era tan estúpido que no se había dado cuenta que llovía sin parar. En ese momento se sintió como un verdadero tonto. Un "gilipollas" como había dicho el pelinegro. Irremediablemente sintió que merecía un castigo por ser tan distraído y sentió unas leves ganas de volver a su hogar y buscar su navaja.
Miguel, al verlo de esa manera vulnerable, solo atinó a ordenarle con suavidad que guardara su guitarra y lo ayudó a incorporarse. El castaño estaba tan débil que si no lo agarraba sentía que este caería al suelo. En silencio los tres se encaminaron hacia el departamento de Miguel. El paraguas se lo habían intercambiado y ahora solo cubría a Miguel y a Rubén, ya que Alex lo sostenía para que no se mojaran.
-Alex ¿estas bien? Estas empapado tío...- notó el pelinegro, culpable al ver que su amigo comenzaba a temblar un poco.
-No te preocupes, tú lo dijiste... me encanta la lluvia- respondió su par sonriendo.
Rubén no decía nada pero observaba y escuchaba como hablaban Miguel y Alex. Se notaba que se conocían de hace tiempo, se notaba la confianza que se tenían y se notaba la facilidad y la fluidez de sus conversaciones. Alex llamaba a Miguel por su nombre y aveces él le decía Alexby, cosa que parecía no gustarle al pequeño a los ojos de Rubén. Obviamente tenían un fuerte vínculo, y ese vínculo lo inquietaba, pero este no tenía idea del por qué. Eso solo lograba irritarlo más de lo que ya estaba. Probablemente ya hubiera hecho una estúpida rabieta si no se sintiera tan débil. Sus pies prácticamente se arrastraban por el suelo y le costaba mantenerse despierto. ¿Cómo hubiera vuelto si Miguel no aparecía? Otra vez la misma historia se repetía. Otra vez el pelinegro lo salvaba y él terminaba siendo una molestia.
Entonces comprendió. Por eso Miguel estaba tan enojado... tal vez ya estaba cansado de tener que salvarle todo el tiempo... ¿Quién no lo estaría? Era un pesado y no solo para Mangel, ahora ese tal Alex estaba empapado por su culpa. Realmente sentía que era una presencia molesta. Sentía que no tenía caso que él existiera. Lo único que hacía era perjudicar a las personas. Quería demasiado a Miguel. No quería molestarlo pero tampoco quería dejarlo. En su cabeza había una batalla de opiniones e ideas que solo le causaban dolores y le hacían debilitarse más. Era un estúpido, era lamentable, era un egoísta y un sentimental. Sin contar su horrible enfermedad. Eso solo lo empeoraba. Eso causaba que estuviera teniendo tantos pensamientos sin sentido.
No podía más. Sus piernas comenzaron a temblar y no pudo dar otro paso. Cayó de rodillas al piso mojado en un descuido. En cuanto sintió el contacto del suelo frió bajo sus rodillas todo se nubló y un pitido fuerte resonó en sus oídos. De repente escuchaba la voz de Mangel lejana. Lo llamaba pero no lograba entender qué decía. Alex también hablaba pero parecía que trataba de hacer que Miguel se calmara.
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Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]
FanfictionRubén sufre de una enfermedad que le hace actuar antes de pensar, de esa manera termina alejando a todos los que lo rodean... pero un médico llamado Miguel consigue acercarse a tal punto de sentir algo por él. Aunque lo que él no sabe es que Rubén o...