Capítulo 78

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Rubén abrió sus ojos lentamente, parpadeando repetidas veces para aclarar su visión algo nublada por el agradable y prolongado sueño de ocho horas que había tenido. Sonrió al ver a Miguel a su lado en la cama y no pudo evitar recordar el fabuloso día que habían pasado ayer, en la playa, solo los dos.

Movió sus brazos perezosamente y abrazó a Miguel por la cinutra, acercándose y apegando su pecho en la espalda del morocho, dándole un cariñoso abrazo bajo las sábanas. Con sus ojos achicados por el sueño, examinó en detalle la nuca de su novio, logrando divisar un pequeño y simpático lunar del que antes no se había percatado. Rió suavemente sin razón aparente y se acercó, apoyando sus labios de manera sutil sobre aquella pequeña manchita en su piel. Sintió cómo el morocho comenzaba a removerse de manera adormilada entre sus brazos, acomodándose inconcientemente en el cuerpo del castaño, cosa que le hizo reír nuevamente en un tono bajo.

En ese precioso momento, en donde los rayos de sol se filtraban por la ventana, alumbrando de manera agradable las sábanas blancas que refugiaban los cuerpos semidesnudos de la jóven pareja... en ese preciso momento, Rubén se veía capaz de decir en voz alta que era feliz de manera sincera.

El ojiverde bostezo sin emitir sonido y luego se dedicó a acariciar los cabellos negros de Miguel de forma distraída. Solo los peinaba de lado a lado, jugando con los mechones entre sus dedos y acariciando de vez en cuando su cuero cabelludo.

-Que bonita manerah de despertah...- Rubén escuchó ese susurro adormilado de Miguel y sonrió algo ruborizado, alejando su mano del negro cabello y volviéndolo a rodear con sus brazos. Apoyó su cabeza en la espalda del morocho y cerró sus ojos de manera serena.

-Buenos días.

Miguel comenzó a darse la vuelta lentamente, quedando al poco tiempo cara a cara con el rostro relajado de Rubén.

-Buenos díah.- devolvió el saludo acompañándolo con una pequeña sonrisa. Se acercó al castaño y dejó un corto y suve beso en sus labios.- ¿Cómo dormisteh?

-Bien... muy bien. Hacía mucho... que no dormía sin tener pesadillas- murmuró Rubén aliviado, tratando de conservar el agradable silencio que tanta paz le causaba.
Miguel llevó su mano a la sonrojada mejilla del castaño y la acarició con el dorso de su mano, sin romper el contacto visual que tantas cosas le producía en el estómago.

-¿Qué quieres haceh hoy? Eh domingo, así que tengoh todo el día libreh.- dijo sin dejar se acariciarlo.

-No se... solo quiero quedarme en la cama y dormir todo el día- susurró el castaño contra las sábanas. Se acurrucó mejor en el colchón y se apegó al cuerpo de Miguel como un gatito mimoso, haciendo que este riera por la actitud de su guitarrista.

-Que aburridoh...- se quejó en un tono bromista.

-Déjame ser.- volvió a murmurar el ojiverde relajando sus párpados.

-Rubiuh...- susurró Miguel acercándose a su cuello- Sabes que en la cama... pueden hacerse muchas cosah ¿verdah?- el morocho sonrió con picardía y comenzó a besar el pálido cuello de su par, haciendo que este se estremeciera.

-Mangel, me duele el culo, joder. Ya lo hicimos ayer, y antes de ayer, y toda la semana. ¿Estás en celo o algo?- se burló suspirando de placer al sentir las manos de Miguel comenzando a acariciar sus costados con suma lentitud.

-No te quejeh, que luego tu terminas máh cachondo que yo- rió el morocho sabiendo que su pareja se ruborizaría por el comentario. Con un leve impulso, sujetó a Rubén sin hacerle daño y lo tumbó sobre su cuerpo para poder ver su expresión avergonzada desde un mejor ángulo.- Te amo Rubiuh- agregó acercándose lentamente hacia sus labios.
Rubén sonrió tímidamente y se acercó de la misma manera, entrecerrando sus ojos y abandonándose a aquellos suaves y apetitosos labios que lo volvían loco.

Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora