-¿Por quéh tardan tantoh?- preguntó Mangel luego de media hora de espera
-Tranquilo Mangel, deben estar limpiándolo. Estaba lleno de sangre- dijo recordando esa asquerosa escena.
-Lo seh pero...
-Tu también deberías asearte, mírate, estás muy sucio- lo interrumpió Gustavo. Mangel se miró nuevamente y suspiro.
-Noh quiero irme, no hasta que me digan que estáh bien- afirmó mirando el cuarto en donde se encontraba Rubén.
Gustavo se rindió y dejó que se quedara. A veces Mangel podía ser muy testarudo y no estaba de ánimos para pelear.
-Miguel, dime algo...- dijo nervioso
-¿Quéh cosa?- preguntó preocupado al escuchar su nombre
-Tu y Rubén... ¿son pareja?
Mangel abrió los ojos como platos y miró el suelo para ocultar su rubor.
-¿Por quéh preguntas esoh?- dijo sin dejar de mirar sus pies.
-Los vi... cuando se besaron en la casa- explicó algo incómodo.
El sonrojo de Mangel creció y tragó saliva. Se había olvidado completamente de que Gustavo estaba ahí cuando le beso, pero no se arrepentía, quién sabe si esa sería la última vez que lo hacían.
-Escúchame, no tengo problema con eso, tu eres independiente y puedes hacer tu vida como quieras, pero debes saber que Rubén...
-Ya seh, ya seh... él me traerá problemah y desgraciah- completó algo molesto- dimeh algo que no haya salidoh de tu boca.
-Lo que quiero decir es que esto no es ningún juego...
-Y creeme que me lo estoy tomandoh muy en serio Gustavo. ¿Creeh que si solo estuvierah jugando con él, hubiera sido tan insistente en ayudarloh?
-No lo se, tu siempre has ayudado al que lo necesita
-¿Y tu quién te creeh para decirme eso? Como si me conocierah de toda la vidah...- contestó Mangel cabreado.
-No te enojes Mangel, no me veas como el enemigo. Es cierto, no me agrada Rubén, pero no estoy en contra de su relación. Solo te aconsejo que pienses bien tus movimientos.
-Graciah, pero no necesitoh tus consejoh- le respondió de manera fría.
-Lo se- dijo parándose- tengo que irme Mangel, debo hacer algunas cosas, si me necesitas llama por favor
-Estah bien
Gustavo lo miró y comenzó a irse pero una mano lo detuvo.
-Lo sientoh, estoy un poco nerviosoh, de verdad aprecioh lo que hiciste- le dijo Mangel arrepintiéndose de su comportamiento anterior.
-Tranquilo, se lo que se siente- le respondió sonriendo. Mangel le devolvió la sonrisa y lo soltó, dejando que se fuera.
-Joder...- suspiro echándose para atrás en su asiento. Todo esto era demasiado estresante.
Estuvo esperando una hora y media hasta que al fin un doctor salió de la habitación que tenía en frente. Sobresaltado se paro al instante y comenzó a interrogar a aquel hombre.
-¿Cómo estáh?
-Pudimos estabilizarlo, estará bien- dijo el doctor con una sonrisa. En ese momento Mangel sintió como si le quitaran treinta toneladas de piedra de encima. Realmente estaba aliviado y su sonrisa y un largo suspiro lo delataron.
-Tuvimos que realizar muchos puntos en sus cortes, además perdió mucha sangre. Está débil, pero con reposo y tiempo tal vez vuelva a poder llevar una vida normal.
-Que bien, me alegroh... graciah doctor.
-Tendrá que quedarse unos días en el hospital. ¿Usted sabe sobre algún familiar que podamos contactar?
-No, lo sientoh. No conozco a su familiah- respondió Mangel algo cabizbajo.
-Está bien, podemos preguntarle a él cuando despierte.
-¿Por quéh quiere saber sobre su familiah?- preguntó sin entender.
-Cuando salga del hospital no será capaz se cuidarse por si solo... además escuché que esto fue un intento de suicidio ¿no?
-Ah... s-si- dijo Mangel algo nervioso.
-Bueno, es incorrecto que esté solo después de algo así. Tendrá que quedarse con alguien que lo cuide y lo apoye incondicionalmente. ¿Quién mejor que su familia?
El doctor tenía razón, Mangel había pensado en cuidarlo por su propia cuenta, pero tal vez su familia lo ayudaría más en todo esto.
-Vale, tieneh razón... Emm... ¿doctor?
-Dígame
-¿P-puedoh v-verlo?- no entendía porqué se ponía tan nervioso. Como si el doctor supiera algo.
-Claro, está dormido pero no tardará en despertar.
-Graciah
Luego de eso el doctor se retiró y dejó a Mangel solo.
-Vale...- suspiró nervioso por lo que se pudiera encontrar al abrir esa puerta. Lentamente jaló la manija hacia abajo y empujo la puerta abriéndola tímidamente. Ahí estaba, acostado y con los ojos cerrados. Una máquina a su lado marcaba los latidos de su corazón y una aguja estaba incrustada en su brazo, supuso que era suero. Se acercó a él y se sentó a su lado en un pequeño sillón. Estaba completamente vendado, no le extrañaba ya que se había cortado en todo el cuerpo. Que suerte que había llegado antes de que hiciera el último corte. En su cabeza, por suerte, no se había hecho daño, por lo que no estaba vendada. Podía ver sus cabellos castaños despeinados. Acercó una de sus manos a su cuero cabelludo y comenzó a acariciarlo. Era realmente suave. Le relajaba sentir el tacto de su pelo con su mano, al fin podía respirar tranquilamente después de tanto alboroto.
-Me he pegadoh un buen sustoh- le susurró aunque estuviera dormido. Luego de eso sonrió y apartó su mano. Ya todo estaba bien, su vida no corría peligro. Estaba realmente feliz. Rubén comenzó a removerse en las blancas sábanas que lo cubrían y abrió un poco los ojos sorprendiendo a Mangel.
-H-hola- le dijo débilmente al verlo en el sillón.
En ese momento Mangel se derrumbó, nunca había perdido sus esperanzas y las había recuperado tan rápido. Ese "hola" por parte del castaño le había hecho sentir tan aliviado que el inmenso peso que tenía encima se había ido de repente, dejándolo totalmente sensible y débil. Las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos y sin pensarlo se lanzó a abrazar a Rubén, llorando en sus brazos. Este le correspondió y hundió su cabeza en su pecho.
-J-jamah... vuelvah a hacer... algo tan estúpidoh- le suplicó sin parar de llorar- prométemeloh- le pidió mirando sus ojos verdes.
Rubén lo miró triste y se dio cuenta de todo lo que había hecho sufrir a Mangel con su intento de suicidio. Lo apretó más a su cuerpo, no quería alejarse de él.
-Lo siento... lo prometo.- le susurró en su oído, no tenía muchas fuerzas para hablar, pero lo que le dijo a Mangel era algo importante, por lo que optó por dejárselo bien claro.
-Te amoh...- le dijo Mangel sin pensar. Rubén sintió un cosquilleo que subía de sus pies a su cabeza, concentrándose mayormente en su pecho. Sonrió ante eso, sentía como la sangre hervía en sus mejillas, nuevamente le susurró a su oído.
-También... yo
Los dos volvieron a mirarse, los ojos de ambos estaban brillantes por las lágrimas que amenazaban con salir. Rubén no pudo evitar hacer una mueca de dolor rompiendo un poco el momento.
-L-lo sientoh, te estabah aplastandoh- dijo Mangel nervioso saliendo de encima de él.
-Tranquilo... solo me duelen... un poco las heridas- dijo con dificultad.
-¿Quiereh que llame a la enfermerah?- le preguntó preocupado.
Rubén sonrió y negó con la cabeza. Le gustaba que Mangel se preocupara por él, le hacia sentir excepcionalmente querido.
-Gracias... por... todo...
-No hableh, estáh muy débil- le interrumpió Mangel. Rubén lo miró y asintió cerrando los ojos. Estaba muy cansado.
-¿Quiereh dormir?
-Si... pero... no te... vayas...- le dijo con un poco de vergüenza.
-Noh me iré a ninguna parteh- le afirmó Mangel agarrando su mano. Rubén sonrió y se relajó por completo. La calidez de la mano del morocho calmó un poco sus dolores y logró dormirse.
-Nuncah me iré- volvió a decirle apretando un poco su pálida mano.El fanfic ya llegó a las 2000 leídas :'O muchas gracias por leer, votar y comentar!
Aún faltan muchas cosas que deberá afrontar nuestra pareja :D así que no dejen leer y disfrutar!
¡Nos vemos pronto!
:')
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Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]
FanficRubén sufre de una enfermedad que le hace actuar antes de pensar, de esa manera termina alejando a todos los que lo rodean... pero un médico llamado Miguel consigue acercarse a tal punto de sentir algo por él. Aunque lo que él no sabe es que Rubén o...