Esa mañana Miguel se levantó temprano con un solo propósito. Luego de tomar una ducha y vestirse se dirigió a la cocina con su móvil en la mano.
Marcó y espero a que contestaran del otro lado.
-¿Hola?
-¡Alexby!- grito contento al escuchar su voz.
-Tío, te he dicho miles de veces que ya no me llames así- dijo Alex un poco molesto.
-¡Yo bien! Gracias por preguntar. ¿Y cómo estás tú?
-¿Me has llamado para molestarme?
-Joder, qué borde.- se burló Miguel, totalmente acostumbrado a la actitud de su amigo. No lo culpaba, era temprano y entendía que tal vez aquel enano acababa de despertar. -Bueno... tengo novedades que seguramente te interesen...- explicó recordando a Rubén.
-¿Ya tienes novia?
-No.
-¿Novio?
-Que nó, tío. Pero sí conocí a alguien... necesito hablarte sobre él.
-Entonces es un chico eh. Vale, en una hora estaré en tu departamento.- Miguel resopló divertido, siendo testigo una vez más de la actitud curiosa y chismosa de su mejor amigo.
-Vale, nos vemos Alexby.
-¡Que no me llames A....!- Miguel cortó la llamada riendo antes de que Alex pudiera terminar su frase.
Terminó de desayunar y se dirigió a ver televisión esperando a Alexby. Tenía muchas ganas de verlo ya que siempre que se juntaban era por alguna festividad o por razones muy específicas. Alex, al igual que Miguel, había decidió viajar por el mundo, por lo que no se veían muy seguido. El paradero de ese enano era siempre misterioso e incluso era difícil conocer su rutina.
Luego de una hora y media el timbre de la casa de Mangel sonó sobresaltándolo un poco, se había quedado dormido. Observó la ventana y se percató de que llovía muchísimo, y de inmediato y de la nada un escalofrío le revolvió el estómago.
Rubén está bien, se dijo para sí mismo. Cada vez que llovía le preocupaba Rubén, se lo imaginaba tirado en la calle como la última vez, indefenso, solo, vulnerable y sin nadie que lo ayudara. Se lo imaginaba pasando frío en la soledad. De sintió ridículo por esos pensamientos trágicos pero no pudo evitarlos.
Cuando el timbre volvió a resonar con exasperación Miguel al fin se despojó de sus pensamientos y se dirigió rápidamente a la puerta. Al abrirla se encontró con su mejor amigo con cara de querer asesinarlo. Lo normal.
-Cabrón hace media hora que estoy tocando el timbre, ¡ya me estaba por ir!
-¡Alexby!- exclamó Miguel teatralmente, abrazándolo con fuerza e ignorando lo que había dicho. El menor suspiró y le devolvió el abrazo. No tenía caso enojarse con Miguel, él siempre había sido así, desordenado y distraído. Bromista y, a veces, demasiado considerado.
-Entonces estabas dormido ¿no?- le reprochó Alex mientras entraba al departamento como si fuera su casa.
-Si, no se qué pasó, simplemente me dormí, no estoy acostumbrado a levantarme temprano.- respondió encogiéndose de hombros.
-¿Y crees que no sé eso? Siempre me costaba horrores despertarte en los campamentos del colegio.- dijo riendo, recordando aquellos tiempos en los que todos le llamaban "Alexby", ese apodo que por alguna razón le molestaba en la actualidad.
Miguel rió nostálgico, viendo cómo Alex se lanzaba al sofá luego de quitarse su campera mojada por la lluvia exterior.
-Y bien... ¿De qué querías hablarme?
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Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]
FanfictionRubén sufre de una enfermedad que le hace actuar antes de pensar, de esa manera termina alejando a todos los que lo rodean... pero un médico llamado Miguel consigue acercarse a tal punto de sentir algo por él. Aunque lo que él no sabe es que Rubén o...