Capítulo 66

2.7K 276 292
                                    

Kevin caminaba despreocupadamente por el centro del pueblo. Había decidido darse un descanso por un día de Miguel y Rubén, ya que Mike y James insistían en que estaba demasiado obsesionado con ellos. La verdad es que no le importaba lo que ellos opinaran, el sabía lo que hacía y le daba igual lo que los demás opinaran. Pero eran tan insistentes que decidió darles el gusto solo por una vez. Luego de un corto tiempo caminando escuchó unos gritos y risas desde lo que parecía ser un callejón. Solo por mera curiosidad decidió acercarse y lo que vio lo dejó sorprendido. ¿Es que acaso la vida misma la decía que lo que estaba haciendo estaba bien? Ver a Rubén , siendo golpeado por esos sujetos que él ni siquera conocía le causo gracia. Tuvo que taparse la boca para ahogar una carcajada. Permanecía escondido tras un edificio mientras veía cómo aquellos sujetos le quitaban la guitarra al castaño. Kevin sabía bien que esa guitarra significaba mucho para su víctima. Después de todo, ya conocía a la perfección al castaño.

-¡No por favor! ¡Tengo dinero para darles pero denme mi guitarra!- escuchó cómo Rubén suplicaba desesperado, tratando de zafarse del agarre de los hombres que lo retenían. Kevin sonrió divertido. Esos hombres no tenían ni la menor idea de lo que Rubén era capaz de hacer en estado de furia. Sería divertido ver cómo acababa con ellos.

-Yo creo que ganaremos bastante vendiendo esta porquería, aunque está un poco deteriorada... ¿Qué dicen chicos? ¿La vendemos o nos divertimos con la porquería?- Kevin podía notar cómo poco a poco el castaño fruncía su ceño y afilaba sus verdes ojos. Si... estaba a punto de explotar. Kevin ensanchó su sonrisa y observó atentamente los fuertes intentos de escape que Rubén llevaba a cabo sin éxito. De pronto, el menor de los tres hombres golpeó la mejilla de la víctima violentamente, haciendo que esta se quedara completamente quita con la mirada en el piso.

¿Eso es todo Rubén?

Se preguntó Kevin arqueando una ceja desepcionado. ¿Tan rapido iba a rendirse?

-Mi... La... Re... Sol...- decía el mayor cortando las cuerdas de la guitarra. El peliblanco observaba detenidamente los ojos de Rubén, los cuáles se apagaban poco a poco al ver cómo la guitarra perdía las cuerdas. Kevin abrió los ojos como platos al ver de un momento a otro la guitarra tirada en el suelo. Rubén había cambiado totalmente su expresión de furia anterior. Ahora se lo veía... dolido.

-No- susurró Kevin de manera cabreada comenzando a caminar hacia la escena. Podían lastimarlo todo lo que quisieran, pero esa expresión en su rostro solo quería verla causada por él. Quería que esos ojos verdes supieran que él era el causante de su dolor, nadie más podía dañarlo de esa manera tan interna.

-¿Qué crees que haces completa basura?- dijo una vez que estuvo detrás del sujeto que ya estaba preparado para saltar sobre la vieja guitarra. Antes de que pudiera darse la vuelta, elevó su puño apretado y lo estampó en su rostro con una fuerza que logró derrivar al tipo, haciendo que cayera al suelo con un quejido ahogado saliendo de sus labios.

-¿¡Y tú quién mierda eres!? ¡Largo de aquí anciano!- gritó Dan poniéndose de pié rápidamente para repetir las acciones de Kevin, pero este logró esquivar el lento golpe de su enemigo, poniéndose una vez más detrás de este y golpeando su pierna con una patada, haciendo que volviera a caer adolorido. Kevin observó cómo los otros dos tipos soltaban a Rubén, el cual cayó al piso lentamente deslizandose por la pared. Adoptó una posición de en guardia y esperó con una sonrisa divertida a los tipos que realizaban movimientos bruscos pero torpes. No le fue muy dificil vencer a esos dos estúpidos a base de golpes y patadas básicas. De pronto, Dan se levantó del suelo tambaleandose un poco y se acercó de manera amenazante hacia Kevin, el cual paró de pelear para prestarle atención al mayor.

-Me las pagarás- susurró con una expresión dura que solo hizo soreír burlonamente a Kevin. Fue cuestión de tiempo para que los tres huyeran como el par de cobardes que eran. El peliblanco arregló su ropa, pensando que había sido divertido volver a pelear de esa manera después de tanto tiempo, pero luego recordó la verdadera razón de sus actos. Giró sobre sus talones y observó cómo Rubén se encontraba sentado, acurrucado contra la pared y hundiendo su cabeza entre sus rodillas. Sonrió revoloteando los ojos y se acercó a él lentamente.

Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora