-¡Rápido, traigan la camilla!
-¿Sus signos vitales?
-No respira
-Ha perdido mucha sangre
-¡Debemos llevarlo al hospital ahora!
-¡De acuerdo a la cuenta de tres lo subimos a la camilla!
-1
-2
-3
-¡Excelente vamos!
-¡Corran, corran, corran!
-¡No responde!
-No tiene pulso
-¡Oye tú!
Mangel se dio cuenta que un paramédico le hablaba y le prestó atención.
-D-dígameh- tartamudeó.
-¿Estas bien? Estas lleno de sangre
Mangel se miró a si mismo y efectivamente toda su ropa estaba manchada, pero no era de él.
-S-si, e-estoy b-bien- dijo con dificultad. Aún estaba en shock. ¿Rubén había muerto en sus brazos? Los paramédicos lo habían agarrado y habían apartado un poco a Mangel, el cual no podía moverse por la impresión que tenía. Había demasiada gente corriendo por todos lados y más el olor de la sangre se mareaba un poco. También había personas afuera de la casa que miraban curiosas todo lo que sucedía, ya que en el pueblo rara vez había tanto movimiento de ambulancias y paramédicos. Gustavo había exagerado un poco llamando al hospital, pero a Mangel no le importaba. Lo único que le importaba era Rubén. Tenían que salvarlo, tenía que salvarlo... él se lo había pedido.
-¿Quiere subir a la ambulancia a acompañar a su amigo? Rápido, debemos ir lo antes posible.- le dijo el paramédico que trataba de tranquilizarlo.
En ese momento Mangel reaccionó, no era tiempo de espantarse. Él también había estudiado medicina, podía ayudar si estaba concentrado.
-Si, vamoh- dijo parándose por fin del charco de sangre que lo rodeaba. Esa sangre que había perdido el castaño.
Mangel y el paramédico subieron a la ambulancia rápidamente encontrándose con Gustavo que se había sentado en la parte de adelante.
-¿Quéh está pasandoh?- preguntó Mangel una vez que la ambulancia había arrancado
-Está perdiendo mucha sangre
-Maldición tiene cortes por todo el cuerpo
-No es tiempo de maldecir debemos actuar rápido
-¡No respira!
-Prosigamoh a realizar labores de R.C.P- dijo Mangel sorprendiendo a todos- ¿¡Queh esperan!?- grito este al ver que todos habían quedado inmóviles.
-¡Tiene razón rápido!
-¿Qué edad tiene?- preguntó otro paramédico
-Acaba de cumplih 25- respondió Mangel algo inseguro.
-Entonces realizaremos el R.C.P para adultos, rápido.
En ese momento todo comenzaron a realizar acciones de reanimación al cuerpo de Rubén mientras que otro paramédico controlaba su respiración mediante instrumentos artificiales, pero ni las presiones en su pecho ni la respiración boca a boca funcionaban y luego de 3 minutos Mangel se percató de aquello.
-¡Bastah, no está funcionando! ¡Debemoh proseguir con el desfibrilador!- una vez más todos quedaron sorprendidos por las indicaciones del morocho pero no le llevaron la contra. Rápidamente comenzaron a preparar el aparato.
-¿¡Joder, cuánto falta para llegar al hospital!?- preguntó un paramédico al conductor.
-¡Voy lo más rápido que puedo, creeme que si chocamos todo será peor!
-¡Señoreh no eh tiempo de pelear!- los reprochó Mangel
-Esta bien, esta bien.
Una vez listo el aparato un paramédico lo colocó sobre el torno desnudo de Rubén.
-1, 2, 3, ¡despejen!- dijo mandando la primera corriente eléctrica hacia el corazón del castaño.
-¡No responde!
-1, 2, 3, ¡despejen!
-¡Prueba de nuevo!
-1, 2, 3 ¡despejen!
Mangel se había quedado mirando a Rubén con preocupación. Ver como su cuerpo ensangrentado subía bruscamente por las corrientes eléctricas que le provocaba el desfibrilador le destrozaba las esperanzas. Si esto no funcionaba, él sabía bien que no había nada más que hacer.
Un paramédico suspiro pesadamente y detuvo el procedimiento
-No está funcionando
Todos suspiraron rendidos
-Hora de muerte cinco y...
-¡Quéh están haciendoh!- grito Mangel asustando a todos
-Ya sobrepasamos el tiempo de reanimación, no hay nada que...
-¡Cállense! ¡Son todoh un par de novatoh!- siguió gritando enojado, acto seguido Mangel agarró el desfibrilador y comenzó a repetir el procedimiento. Un paramédico trató de detenerlo pero en ese momento...
-¡Está respondiendo!- grito uno percatándose de cómo Rubén volvía a respirar.
-¡Imposible!- gritó otro asombrado
-¡Ya hemos llegado!- anunció el conductor de la ambulancia.
Luego de eso todos bajaron con cuidado la camilla de Rubén y comenzaron a correr en dirección al hospital. Una vez adentro, infinidad de doctores se acercaron a Rubén examinándolo y realizándole pruebas básicas de reflejos. Mangel también se aproximó pero una enfermera lo detuvo.
-No puede pasar señor- le dijo calmada
-¡Deboh ir! ¡Deboh salvarlo!- le explicó Mangel alterado
-Por favor señor, él está en buenas manos.
Mangel la miró y asintió con la cabeza. Comprendió que esa enfermera no tenía por qué verlo y controlarlo como si fuera un niño. La enfermera le sonrió y le indició que podía esperar sentado en unos asientos que estaban al frente de la sala en donde examinaban al castaño. Miguel se sentó y comenzó a respirar más calmado. Por lo menos había logrado que Rubén respirara nuevamente. Eso era algo, pero aún así sabía perfectamente que podría volver a sufrir un paro.
-Rubiuh...- susurró con lágrimas en los ojos. Se había aguantado las emociones en todo el viaje pero ahora estaba tan débil que no creía poder resistir otro ataque.
-Mangel tranquilo, hiciste un buen trabajo en la ambulancia- dijo Gustavo sentándose a su lado.
-Gustavo, si tu no hubierah estado conmigoh... yoh... yoh no...
-Shh, tranquilo Mangel- le dijo pasando su brazo sobre sus hombros- ya veras como todo se soluciona.
-Esoh espero...- suspiro Mangel mirando el suelo.
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Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]
Hayran KurguRubén sufre de una enfermedad que le hace actuar antes de pensar, de esa manera termina alejando a todos los que lo rodean... pero un médico llamado Miguel consigue acercarse a tal punto de sentir algo por él. Aunque lo que él no sabe es que Rubén o...