Capítulo 89

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Vacío como la caja de mi guitarra, así me sentía pero... mi vacío no tenía ningún fin. Ya no...

Al final... no hay más que lágrimas, oscuridad, promesas rotas, soledad y esperanza. La esperanza es lo único que me sostiene ahora. Combato contra la resignación, la evado y la ataco con mi diminuta esperanza que intenta salir a flote.

Pero se hunde... se hunde con cada mirada oscura que me otorga aquella persona que alguna vez me miró con ojos brillantes y cálidos. Pero esa mirada ha sido destruída junto a todo aquello que alguna vez yo creí indestructible.

No.., resultó que lo más fuerte fue lo más fácil de romper.

De alguna manera, siempre lo supe, siempre supe que lo nuestro era un error.

¿Lo nuestro?

No.., yo era el error, el número que no encajaba en las cuentas de nuestra relación. Siempre lo supe, desde el momento en que comencé a sentir cosas que no lograba controlar cuando estaba cerca de él, desde el momento en el que sentí sus labios sobre los míos por primera vez en aquel viaje a las montañas bajo la noche estrellada de mi cumpleaños, desde el momento en que me prometió estar a mi lado eternamente. Yo sabía que tarde o temprano, las suciedad de mi pasado terminaría manchando todo lo que habíamos construído... pero aún así, seguí diseñando nuestras vidas como si fuera un arquitecto ciego, un arquitecto que siempre supo que la construcción se caería a pedazos.

Pero se sentía tan bien...

Soy tan egoísta. Tan asquerosamente egoísta que no vi que cada día le estaba haciendo mas daño. Cada segundo al lado de su tibiesa era un regalo, y una bomba más cerca de ser activada.

Pero sus manos mágicas me atraparon, me encadenaron a él y lo intenté, joder, de verdad que lo hice. Intenté con todas mis fuerzas apartarme de su prisión tan placentera, pero cada vez que me removía entre su piel que expresaba más que las palabras, terminaba enredándome más y más.

Y al final... simplemente me dejé... terminé correspondiendo su abrazo protector lleno de cariño.

Pensé que nadie podría quebrar nuestra esfera de cristal, pero al final... yo mismo lo hice.

Y lo lastimé tanto... le hice demasiado daño, y temo que no pueda repararse.

Lo veía desde la distancia. Él estaba con la cabeza gacha y los ojos perdidos en sus manos mientras que aquel policía intentaba dialogar con él. "Es inútil", me gustaría decirle, pero no me dejaban entrar en aquella habitación. Era tanta la presión en mi pecho, que solo deseaba tirarme al suelo a sollozar para llamar su atención, para que me gritara, me maltratara, me pateara, me rasguñara y me escupiera encima.

Pero no podía hacerlo, porque tenía miedo. Miedo a que ni siquiera me mirara, como en las últimas 48 horas desde el incidente. Nos tenían aquí, en esta central de policía desde hacía muchas horas. Sinceramente, hubiera preferido quedarme en el hospital. Raro ¿no? Con lo mucho que yo odiaba los hospitales...

Pero prefería eso a estar aquí, respondiendo preguntas que no deseaba escuchar. Aunque supongo que esta gente estaba en su derecho. Después de todo... él y yo éramos los únicos que sobrevivieron a la explosión. Los únicos que conocían la verdad de los hechos.

Eres el único que conoce mi secreto...

Sucio, me sentía sucio por pensar en cosas así.

Finalmente, lo dejaron salir de aquella habitación. Un policía se acercó a mi junto a él.

-Ambos son inocentes. Pueden irse cuando quieran.

Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora