Capítulo 65

3.8K 269 236
                                    

Rubén lograba escuchar el golpeteo suave que la lluvia producía desde afuera. Estaba despierto, pero sus ojos permanecían cerrados. Estaba acostado en una posición tan cómoda... tan cálida...
Sentía que estaba flotando en una nube esponjosa. El colchón se amoldaba a su cuerpo a la perfección y parecía que lo tenía atrapado en sus manos hechas de sábanas blancas. Nunca había dormido tan bien, o al menos no lo recordaba. Su respiración permanecía calmada y lenta. Dejaba entrar y salir el aire por su nariz tibia. Estaba totalmente relajado. Luego de unos minutos decidió abrir sus ojos lentamente. Estaba en la habitación, de eso no había tenido duda, pero al ver como esta estaba iluminada tenuemente solo por la lámpara de luz sobre el escritorio pudo percatarse de que ya era de noche. ¿Cuánto había dormido? Al parecer toda la tarde. Sus ojos alcanzaron a ver entonces al morocho. Estaba sentado en un pequeño sillón que había en la habitación a un costado de la cama. Tenía sus piernas entrecruzadas y su visión puesta en un libro con tapa roja y, al parecer, antigua. Tenía pequeños detalles en dorado y el título estaba escrito en cursiva, pero era una palabra que no conocía, o que al menos no estaba en español. Miguel tenía puesta una remera gris con su pantalón de piyama. Estaba completamente inmovil, con toda su atención puesta en ese libro. Rubén sonrió al ver los lentes de contorno negro que dejaban ver los ojos oscuros del morocho un poco más grandes por el aumento.

-Esos lentes te hacen ver más hermoso de lo que ya eres.

Miguel miró a Rubén sorprendido y el castaño abrió sus ojos como platos. ¿Acaso lo había dicho en voz alta? Si, definitivamente la sonrisa y el leve rubor que tenía Mangel se debía a su comentario. ¡Dios! ¿Podía verse más lindo de lo que era ya? Probablemente si.

Rubén se cubrió con las sábanas hasta la cabeza totalmente avergonzado y se percató de que estaba desnudo. Entonces recordó lo que habían hecho hace unas horas, haciendo que su rostro se colorara aún más. En el momento lo había disfrutado, si que lo había hecho, pero ahora el recordar sus gritos y gemidos descontrolados hacían que quisiera enterrarse bajo tres metros de tierra, lo más lejos que pudiera de Mangel. Sintió un peso a su lado para luego ver como el rostro del morocho se sumergía debajo de las sábanas, quedando directamente frente a él.

-¿En serioh te gustan?- susurró el morocho acariciando la mejilla caliente de Rubén. Este cerró sus ojos fuertemente para luego asentir. No tenía caso mentirle, y además no deseaba mentirle, no más de lo que ya lo hacía. Miguel sonrió y se acercó a él para luego besarle la nariz.

-¿Por qué no... los usas siempre?- murmuró el castaño sin abrir sus ojos y un poco más relajado por aquel beso que le aceleró el corazón.

-No seh... supongo que se burlaron tantoh de mi en la escuelah por mis lenteh que me acostumbréh a no usarlos- confesó suspirando sin ganas de recordar esa época.

-¿Se burlaban de ti?- preguntó Rubén frunciendo el ceño. Hubiera deseado estar ahí con él para apoyarlo. Miguel asintió con una pequeña sonrisa y cerró sus ojos tratando de relajarse. El guitarrista acercó su mano al rostro del morocho y peinó unos mechones que yacían en su frente, para luego acariciar, con el contrario de su mano, la delicada piel que se estremecía levemente ante el contacto.

-Pues... a mi me gustan mucho- susurró sin dejar de tocar su rostro. Los ojos de Miguel se abrieron y miraron al hiptotizado Rubén, que no dejaba de mimarlo con suaves caricias que le hacían tener sueño. Sonrió y se acercó a él una vez más para besar lentamente su frente, luego su entrecejo, después la nariz y por último sus suaves labios. Sentía tanta paz, tanta calidez. Ambos estaban rodeados por una burbuja bajo las sábanas, llena de sentimientos felices y calmos. ¿Sería posible que esa calma durara para siempre? Miguel solo rezaba por eso.

-¿Qué leías?- preguntó el castaño luego del casto beso.

-Un libroh- respondió Mangel con una sonrisa socarrona.

Por Siempre y Para Siempre (Rubelangel) ~ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora