9. Tarde entre amigos.

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Phoenix no había vuelto a acercarse a Camille desde la broma que le había hecho a Severus, así que la francesa gastaba todo su tiempo libre con James, Sirius y sus amigos.

—¡Saúl, deja de mover tu pierna! —pidió en voz alta, sintiendo a Sirius mover su pierna que estaba bajo la suya. Lamentablemente sabía que él no la escucharía, tenía una cajita de música que se veía delicada y que quien sabía de dónde había sacado, y tenía la música tan alta, que tenía que alzar la voz para hacerse oír.

Estaban sentados en el césped, debajo de un árbol, pasando el tiempo bajo los rayos dorados del sol, disfrutando del buen tiempo. Sirius estaba con la espalda apoyada contra el tronco del árbol, mirando a James jugar con una snitch; Camille estaba recostada contra la parte derecha de su cuerpo, se había vuelto bastante unida a Sirius; James se reía mientras soltaba la snitch que tenía en su mano, dejándola volar unos metros en el aire, hasta que creía que era suficiente y saltaba para tomarla.

—Deja de hacer tanto escándalo —pidió Remus Lupin, era uno de los otros dos amigos de James y Sirius. Él estaba recostado contra el tronco del árbol también, justo al lado de Camille.

—Lo siento, Remus —Se disculpó sin sentirlo. En su opinión, debería decirle eso a Sirius, no a ella. Camille miró a Peter Pettigrew, el otro amigo de James y Sirius—. ¿Qué haces, Phill? —preguntó con aburrimiento, sabiendo que intentar hacer que Sirius le prestara atención sería una pérdida de tiempo.

—Estoy haciendo el dibujo para la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas —respondió, él estaba acostado sobre el césped, apoyado sobre uno de sus codos mientras pintaba sobre un papel, esto lo hacía sobre un libro que había tirado en el suelo para usarlo de apoyo.

—¿Tarea? —preguntó, sintiéndose perdida, entonces miró al chico que estaba a su lado—. ¿Hay tarea, Remus?

—No, Camille —respondió él con paciencia, mientras pasaba la página del libro que tenía entre sus manos—. Peter no terminó su dibujo durante la clase pasada, así que la profesora fue benevolente con él y le dejó terminarlo como tarea.

—Además —comenzó a hablar James con diversión—, ni siquiera cursas esa clase.

—Solo quería saber, Jessie —Soltó un bufido—. No preguntaba por mí —mintió, James soltó una risa, dejando en claro que no le creía.

Durante unos minutos el grupo se mantuvo en silencio, Remus seguía leyendo su libro; Peter continuaba con su dibujo; James no paraba de jugar con su snitch; Sirius movía sus piernas y un poco su cadera al ritmo de la música; Camille había recostado su cabeza contra su hombro y sentía que los ojos se le cerraban.

Mientras tanto, Lily salía del castillo junto a Marlene y Sophie.

—¿Cuándo le dirás que te gusta? —preguntó Sophie, mientras se arreglaba su cabello negro.

—Sí, yo también quiero saber —Marlene habló, mirándola mientras alzaba sus cejas.

—De ser posible: nunca —respondió mientras bajaba las escaleras de la entrada, que luego les darían paso al césped de los terrenos alrededor del castillo.

—Lily —Se quejaron ambas, pero la pelirroja las ignoró.

—¿Quieren que nos sentemos cerca del lago? —preguntó mientras caminaba, Marlene y Sophie la siguieron mientras seguían quejándose—. El ambiente resulta más refrescante allí, ¿qué dicen?

—Lo que sea —respondió Marlene con desanimo.

—No, espera —Sophie las detuvo—. Yo quiero sentarme cerca del árbol que está cerca de la cabaña de Hagrid.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora