Estrellas || Lily Evans

49. Regreso a casa.

Camille había notado que Lily se veía desanimada los días después del incidente de la playa. No parecía muy entusiasmada por tenerla cerca y Camille intentó darle su espacio, esperando que pronto volviera a la normalidad.

Lily tenía mucho que pensar, cada vez que se relajaba pensaba sobre todo lo que les habían dicho. Veía a Camille lucir tranquila y despreocupada y eso solo la estresaba aún más. Sabía que a Camille no le afectaría casi nada por ser hija de magos y la nula homofobia que existía en el mundo mágico. Lily envidió la posición en la que se encontraba, no tenía que pensar en que pensaría su familia, ni preocuparse de que le dijeran cosas horribles.

Lily realmente quería tener tiempo para pensar al respecto y tener a Camille cerca todo el tiempo no la ayudaba. No quedaba mucho tiempo para que las vacaciones acababan, y no quería volver a Hogwarts aún con todas esas cosas en mente.

Lily suspiró y pensó al respecto.

♦♦♦

Camille estaba sentada en su cama, con la cabeza hacia abajo, leyendo uno de los libros que su madre tenía sobre Herbología. Mientras más pronto se pusiera a leerlo y mirar de qué irían las clases de ÉXTASIS, mejor.

—¿Sabes qué tenemos que hacer? —habló, sabiendo que Lily estaba en la entrada de la habitación, mirándola—. Comprar los libros y esas cosas —dijo cuando recibió un «¿Hmm?» como respuesta.

—Sí —Lily asintió.

Ambas se quedaron en silencio, Camille leyendo y Lily mirándola. La pelirroja estaba pensando en cómo decirle lo que estaba pensando sin que se lo tomara mal, no quería herir los sentimientos de Camille, pero realmente necesitaba tomarse un tiempo para pensar.

—Creo que quiero regresar a casa —soltó de golpe después de otros segundos de silencio, Camille alzó la cabeza de golpe, mirándola.

—¿Por qué? —preguntó—. ¿Hay algo mal? ¿Algo te molesta?

Lily consideró seriamente en decirle sobre todos los pensamientos que llevaban días rondando su cabeza, quizás Camille le ofrecería consuelo... pero se contuvo, no lo consideraba necesario.

—Extraño a mi familia —respondió en cambio, lo cual tampoco era una mentira, extrañaba a sus padres e, incluso, a Petunia.

La expresión de Camille pasó de la preocupación al entendimiento. Tenía sentido, Lily ya llevaba unas semanas en Francia con ella.

—¿Entonces quieres irte? —Lily asintió, desviando la mirada—. Está bien —Camille le sonrió cuando la miró—. ¿Te molesta si salimos mañana? No quiero interrumpir esto.

Y movió levemente el libro que tenía entre sus manos.

—Está perfecto —Lily se acercó y se sentó junto a ella—. Gracias.

—No tienes que agradecerme —Camille la miró—. No te voy a retener aquí en contra de tu voluntad, eso sería ridículo —Le dejó un beso en la mejilla antes de volver la vista al libro—. Claro que siempre te voy a querer a mi lado, pero nunca te obligaría a estarlo si quieres estar en otro lugar.

Lily la abrazó unos segundos, apoyando su barbilla contra el hombro de Camille, sintiendo como ella correspondía sin moverse, poniendo una mano en su espalda mientras con la otra sostenía su libro.

♦♦♦

—Extraña a su familia —explicó Camille a su madre cuando iba saliendo de casa al día siguiente. Lily ya estaba en el coche con sus maletas, esperando por ella.

—¿Sabes que...?

—Sí, sé que podríamos conseguir un traslador en menos de una hora, pero... —Camille bajó la voz, aunque sabía que estaban ellas dos solas—. Pero quiero pasar un poco más de tiempo con ella antes de separarnos por un par de semanas y... bueno, todo ese asunto.