Estrellas || Lily Evans

59. Halloween.

Camille miró la pared de su habitación, sentada en su cama.

Pensaba en tanto, pero al mismo tiempo en nada. Lily le había dicho que no iría con ella y, aunque después se había soltado en una extensa explicación de cómo quería, pero no podía, seguía siendo doloroso.

Después de que Lily le explicara que quería, pero que no iría con ella porque no quería verse envuelta en todos los rumores sobre su sexualidad, Camille simplemente había asentido y le había dicho que lo entendía perfectamente.

Se sentía falsa, como una mentirosa.

No lo entendía, para nada. Sí, sabía que los muggles eran idiotas que no se tomaban bien ese tipo de relaciones, ¿pero por qué debían ocultarse también en Hogwarts? ¿Por los hijos de muggles? Camille estaba segura de que podrían soportarlo, pero tampoco quería presionar... llevarlo hasta el límite y que Lily decidiera que no podía estar con alguien que no respetara cómo se sentía.

Exhaló y se pasó las manos por la cara. Se sentía frustrada.

No planeaba ir al ridículo baile de Halloween, pero se preguntaba si Lily iría con alguien más.

♦♦♦

—¿Dijo que sí? —preguntó Sirius, caminando a su lado por un pasillo desierto.

Sirius estaba acompañándola a su clase de Herbología. Camille le había dicho que ya no era necesario que lo hiciera, ya que nadie había parecido particularmente interesado en hacerle daño, pero Sirius insistió en seguir acompañándola.

—¿Quién? —preguntó, confundida y con el entrecejo levemente fruncido.

—Lily.

—Ah —Dejó de fruncir las cejas e hizo una mueca—. Dijo que no.

—¿Qué? —preguntó él. Camille encontró divertido que fingiera limpiarse el oído—. Creo que no escuché bien.

—Dijo que no —repitió, sonriendo levemente por la expresión de Sirius. Pensar en que Lily dijo que no la frustraba, pero con Sirius se sentía más tranquila—. Algo sobre homofobia y todo eso... lo de siempre.

—¿Lo de siempre? —preguntó Sirius de inmediato.

—Uh... sí, básicamente —Ambos se detuvieron en medio del pasillo—. Le preocupa lo que los demás piensen y toda esa basura.

—¿Y eso está bien para ti?

Camille abrió la boca para responder, pero se lo pensó mejor y apretó los labios, frunciendo el entrecejo.

—No —terminó diciendo—. Me siento como... un secreto —Sirius alzó ambas cejas y Camille lo sintió como la confirmación de que, de hecho, lo era—. Algo de lo que estar avergonzado, ¿me entiendes?

—No creo que Lily se avergüence de ti —dijo Sirius, pensativo—. Tampoco es que la conozca tanto como para saber que es propio de ella o no, pero no creo que aún estuviera contigo si no... ya sabes.

—Claro —Camille asintió, errática—. Solo es... agotador.

Sirius se mantuvo en silencio, sin saber exactamente qué decirle.

—Es frustrante —siguió ante el silencio de Sirius—. Me encantaría ir caminando por ahí tomadas de la mano, pero cuidado que cualquier idiota irrelevante va a pensar que somos novias —Camille resopló—. No lo entiendo.

—Los muggles son... complicados.

—Lily no es muggle —espetó—. Eso es lo que más me molesta. Está aquí, con nosotros en el mundo mágico, pero aún se preocupa por lo que los muggles puedan pensar de ella.