12. «Te quiero»

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Camille caminó rápidamente hacia el aula de Adivinación, había tenido que escoger una materia por optativa y había terminado eligiendo esa, la cual, para su suerte, compartía con Phoenix. Subió lo más alto que la escaleras le permitían en la torre en la que se impartía la clase, entró rápidamente por la trampilla que daba a la cúpula de la torre, llamando la atención de todos por el chirrido que ésta soltó.

—Lamento la demora —balbuceó rápidamente, caminando hacia su lugar junto a Phoenix y dejándose caer en el asiento.

No se arrepentía para nada por haber demorado, su plan inicial al quedarse fuera del Gran Comedor era esperar a Lily, y enfrentarla sobre por qué tenía que usarla de excusa para no salir con James sin antes avisarle, pero la pelirroja había terminado invitándola a Hogsmeade.

—Tienes la cara roja —mencionó Phoenix en voz baja, entonces la vio sonreír—, y estás sonriendo como demente. Tengo miedo.

Camille soltó una risa por lo bajo y abrió su libro de adivinación en una página cualquiera.

—Tengo una cita —habló, pero entonces comenzó a dudar—. Bueno... tengo una salida... con Lily.

Phoenix la miró con atención.

—No. Puede. Ser —dijo lentamente, sin dejar de mirarla—. ¿Cuándo pasó eso?

—Mira... Lily le dijo a Jessie que yo iba a salir con ella a Hogsmeade, pero yo no sabía que íbamos a salir y...

—No puedo enseñarles a ver con su ojo interior si hacen ruido —interrumpió el profesor Alwyn, hablando en voz alta y mirándolos acusadoramente.

El profesor Alwyn era atlético, y tenía un cabello rubio y largo que, en ocasiones, le cubría los ojos azules. Usualmente vestía con una túnica celeste o blanca, decía que esos colores atraían cosas buenas. Camille no sabía si debía creerle, considerando la imagen de loco que tenía con todos los collares y cristales que llevaba colgados al cuello.

—Lo lamentamos, profesor —Se disculpó Phoenix por ambos, entonces, cuando Alwyn comenzó a hablar sobre lo importante que era saber leer la mano, él se inclinó hacia ella—. Después me cuentas, ¿vale?

Camille asintió, y entonces puso su atención en el profesor Alwyn, cosa que no duró toda la clase, pues a cada segundo comenzaba a imaginar la cara de Lily.

♦♦♦

Para cuando salió de Adivinación, se sentía mareada. Alwyn había encendido una cantidad exagerada de ramas que, según él, servían para alejar las malas energías, y lo único que habían hecho, era casi alejar su alma de su cuerpo.

—Eso fue horrible —Phoenix se quejó, mientras tosía, Camille vio humo salir de su boca—. Eso no es normal, ¿verdad? —preguntó él, mirándola con preocupación.

—Yo creo que deberíamos ir a la enfermería —dijo ella, ligeramente preocupada de que ella también comenzara a toser humo.

—Voy a demandar al profesor —amenazó Phoenix mientras bajaban las escaleras. Él bajaba rápidamente, como si quisiera poner la mayor distancia entre el profesor Alwyn y él.

—Lastima —soltó ella, intentando seguirle el paso—. Es guapo.

Phoenix se detuvo abruptamente y la miró con preocupación.

—¿Qué dices? —Entonces la tomó del brazo y comenzó a jalarla, para bajar las escaleras más rápido—. Necesitas ir a la enfermería. El humo de esas ramas te jodió el cerebro.

Camille soltó una risa mientras él seguía jaloneándola.

Phoenix se pasó todo el camino hasta la enfermería quejándose sobre el profesor Alwyn, de lo ridícula que era la materia y de lo mucho que deseaba dejarla. Cuando llegaron a la enfermería, exageró un montón las cosas que le dijo a la enfermera, diciendo que quizás podría tener un sangrado interno.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora