6. Baño de prefectos.

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Camille evitaba mirar a Lily en las clases, fallando terriblemente en el intento. Lily atraía su atención como si ella fuera luz y ella una polilla. Con su cabello rojo flameante y sus ojos verdes, que casi parecían demandar atención de su parte.

McGonagall ya la había pillado viéndola un buen par de veces, recordándole que debía prestar atención a la clase, pero Camille solo quería prestarle atención a Lily.

Y como Camille básicamente se había convertido en la acosadora de Lily, se había dado cuenta de que siempre que compartían clase, la pelirroja miraba con tristeza al idiota que la había llamado «sangre sucia», Camille no tuvo que ser una genia para poder deducir que estaba triste por su culpa, así que se le ocurrió cómo darle una lección al muchacho.

—Jessie —Detuvo al Gryffindor de gafas que la había llevado a la entrada de la sala común de Gryffindor la última vez.

—Es James —corrigió él.

—Y yo soy Sirius —agregó el Gryffindor a su lado, Camille los ignoró.

—Necesito su ayuda.

Ambos intercambiaron miradas, como si estuvieran discutiéndolo telepáticamente, Camille solo se cruzó de brazos y esperó.

—¿Por qué una serpiente como tú quiere nuestra ayuda? —preguntó Sirius con el entrecejo fruncido.

—Escuché que son los reyes de las bromas, pero quizás estaba equivocada —Camille se encogió de hombros—. Sí, será mejor que me vaya.

—Espera —James la detuvo—. ¿Para quién sería la broma?

Los ojos avellanas de James brillaban de curiosidad y Sirius tenía la cabeza ladeada mientras miraba, esperando. Camille contuvo una sonrisa, sus palabras habían funcionado y los tenía justo donde los quería.

—Me parece que lo conocen bien y que estarán encantados de ayudarme —La francesa les mostró una sonrisa adorable que ninguno creyó—. Severus Snape.

James abrió la boca y Sirius alzó sus cejas, ambos visiblemente sorprendidos.

—¿Y bien? —insistió cuando pasó un minuto y seguían igual—. ¿Aceptan?

Ambos se miraron durante unos segundos, luego devolvieron su mirada a Camille y asintieron al mismo tiempo.

—Cuenta con nosotros —dijo Sirius por ambos, James asintió.

—¿Qué tienes en mente?

Camille sonrió ampliamente mientras se inclinaba hacia ellos y comenzaba a susurrar.

♦♦♦

—No sé, Camille —Phoenix la miró preocupado—. Es muy grave eso que piensas.

—Solo voy a destruir todos sus apuntes de este año, no es como si lo fuera a matar —Rodó los ojos mientras caminaba hacia la entrada de la sala común, era medianoche e iba a buscar a James y a Sirius para encargarse de lo que habían planeado—Oh, claro, y le vamos a pintar el cabello, pero no es nada grave.

—Esos chicos no me caen bien —dijo Phoenix mientras se ponía de pie y la miraba—. Lo molestaron y él no...

—Se lo merecía —Camille lo interrumpió—. Ya demostró que merecía eso y más, Phoenix, no intentes hacerte el bueno y bondadoso.

—Todo esto es por esa chica, ¿no? —inquirió con disgusto—. Mira, Camille...

—Cállate —Lo interrumpió—. Solo cállate —pidió—. Hace unos días estabas insoportable, mencionándola a cada rato, ¿y ahora vienes a intentar hablar mal de ella?

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora