101. Dumbledore.

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Al día siguiente, Camille escuchó golpes en su puerta.

Miró fijamente a Harry, que estaba durmiendo en sus brazos. Suspiró y cerró los ojos, pero los abrió de inmediato.

No había dormido la noche anterior, pues cada vez que cerraba los ojos, la veía, a Lily. No podía soportarlo, así que cada vez que intentaba dormir terminaba llorando durante un buen rato.

Volvieron a golpear su puerta, así que Camille se levantó del sofá y caminó hasta allí. Harry seguía dormido y ojalá se mantuviera así. Dormirlo le había costado horas.

Abrió la puerta con cuidado, encontrándose a Jules del otro lado.

—Wow —soltó Jules, mirando a Harry—. ¿Tú...? Wow.

—No es mío.

—Ah —Si Camille no estuviera tan distraída, se habría dado cuenta de la expresión de alivio de Jules—. ¿Entonces?

—Es una larga historia.

Jules notó las ojeras debajo de los ojos de Camille, también que los tenía rojos.

—Camille, ¿estás bien?

—No —Camille se giró y caminó de regreso al sofá. Jules entró al departamento y cerró la puerta—. Lily y James están muertos.

—Oh —soltó Jules, entonces la siguió y se sentó junto a ella en el sofá—. ¿Ese es...?

—¿El hijo de ambos? Sí —le respondió Camille, sin mirarla.

Jules tenía tantas preguntas y tantas cosas que quería decir al respecto, pero se mantuvo callada.

—¿Necesitas ayuda?

♦♦♦

Jules se había quedado casi todo el día, ayudándola a cambiarle el pañal al bebé, incluso a hacerle comida. Camille no podía estar más agradecida.

Pero cuando Jules se fue, Camille se encontró sola con sus pensamientos, pues tampoco podía distraerse con Harry, ya que estaba dormido.

Suspiró y se cubrió la cara con las manos. Lily estaba muerta... Tan solo pensar al respecto le daba ganas de vomitar. Además, lo último que le había dicho a Lily...

Camille sollozó, sin poder contenerse. Le había dicho a Lily que estaba muerta para ella. ¿Cómo había podido ser tan cruel? Y ahora Lily...

Unos golpes suaves en la puerta la distrajeron de sus pensamientos. Camille se apartó las manos del rostro y se secó las lágrimas. Para cuando se puso de pie, ya estaban tocando la puerta de nuevo. Quizás era Jules. Camille esperaba que fuera ella.

Abrió la puerta y, sin poder evitarlo, frunció el entrecejo.

—Buenas tardes, Camille.

—Buenas tardes, Dumbledore —respondió ella, dudosa. ¿Qué hacía ahí? ¿Para qué había ido?—. ¿A qué se debe esta visita?

—¿Podría pasar?

Camille dudó unos segundos, pero se hizo a un lado, permitiéndole la entrada. Cerró la puerta detrás suya, viendo a Dumbledore quedarse parado, mirando el lugar.

—He venido a buscar a Harry.

—¿Disculpe? —preguntó Camille de inmediato.

—He venido a buscar a Harry —repitió Dumbledore, tranquilamente—. Lo voy a enviar a un sitio seguro.

—¿Disculpe? —repitió Camille, alzando levemente la voz.

—Será por su propio bien.

—¡Harry es mi ahijado y se quedará conmigo! —dijo Camille, alzando la voz sin notarlo, entonces se encogió y susurró—: Tendré que pedirle que no alcemos la voz, Harry está durmiendo, y no quisiera despertarlo.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora