65. Problemas familiares.

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Estar de regreso en casa era maravilloso. Camille se había quedado el primer día en su habitación, encantada de estar en ella después de unos meses.

—Imagina cómo estarás cuando lleguen las vacaciones de verano —le dijo Rebekah cuando Camille lo mencionó.

—Aún falta un montón para eso —respondió—. Y prefiero no pensar en que voy a pasar meses sin tus galletas.

—Podría enviarte unas... como las que te envié, diciéndote que le dieras unas a Phoenix, pero no lo hiciste.

—No es lo mismo —Camille ignoró lo que dijo sobre Phoenix—. Aquí están calentitas y más ricas, cuando las envías están ricas... pero menos ricas. ¿Se entiende lo que quiero decir?

—No sé, nunca comí galletas enviadas con una lechuza —respondió Rebekah—. Por cierto, ¿cuándo viene Phoenix?

—Bueno, tenemos dos semanas de vacaciones —pensó Camille en voz alta—. Y llevo solo un día acá... yo creo que vendrá dentro de dos días, más o menos.

—Ojalá viniera mañana —dijo Rebekah—. Ya encontré algo que nos va a ayudar.

—¿Debería preocuparme de que quieras robarme a mis amigos?

—A Lily no te la quiero robar —respondió Rebekah de inmediato, sonriendo—. Hablando de ella, ¿no ibas a hablar con ella por teléfono?

—Tengo que ir hasta el pueblo —Camille se quejó—. ¿No podemos tener uno aquí?

—No sé, ya veremos.

Camille lo tomó como un sí.

—Gracias —Le lanzó un beso a Rebekah y se alejó, escuchándola reírse.

♦♦♦

Camille esperó con el teléfono contra su oreja.

—¿Lola?

—¿Camila?

Sonrió ampliamente al escuchar la voz de Lily del otro lado.

—Tenía miedo de que tu hermana respondiera.

—No sabía que le tenías miedo a Petunia.

—No le tengo miedo —dijo de inmediato—. Solo... un ligero desagrado.

—Ligero —repitió Lily con diversión—. ¿Qué tal está Francia? ¿Te gusta estar de regreso en casa?

—¡Me encanta! —respondió Camille de inmediato, feliz—. Puedo ver a Betty, estar en Betty...

—¿Quién es Betty? —preguntó Lily, confundida.

—¡Mi coche! —Lily soltó una risita por su respuesta—. Le quise poner nombre porque me pareció adecuado. Me encanta mi coche, ¿por qué no ponerle nombre? Y Betty se parece a Bess, y Bess me cae bien.

—La linda elfa doméstica —dijo Lily, sonriendo.

—Es muy linda —afirmó Camille—. Además de Betty también están las galletas de mi mamá, ¿recuerdas que son ricas?

—Las mejores galletas que he comido en toda mi vida. ¿No quieres enviarme algunas?

—No —negó Camille—. Ya compartí una vez y solo porque te quiero.

—Te quiero más.

Camille decidió ignorar el hecho de que Lily había susurrado, como si temiera que la oyeran.

—También quiero visitar a Kilow en el taller —siguió hablando—. Pero no creo que hoy lo haga, quiero volver a casa, comer galletas y, quizás, dar una vuelta con Betty.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora