19. Noche estrellada.

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A Camille no le agradaba Petunia Evans.

Todo el tiempo estaba molestando a Lily de una u otra forma. Las seguía cuando salían por el vecindario, y por cualquier anormalidad que sucediera en la casa de los Evans, le echaba la culpa a Lily.

—Vamos, déjame hacerlo —Camille insistió, mirando con enojo a Petunia, entonces volvió su mirada a Lily—. Un hechizo pequeñito... nadie se enterará.

La pelirroja negó con la cabeza. Ambas estaban en el primer piso de la casa, específicamente en la sala... Petunia estaba mirándolas con atención desde el sofá, aunque fingía estar mirando cualquier otra cosa cuando ambas la miraban.

—El Ministerio lo sabría, y nos meteríamos en problemas.

Camille alzó una ceja, luego sonrió con diversión.

—¿Entonces insinúas que está bien si el Ministerio no se entera?

Lily volvió a negar con la cabeza, y suspiró.

—Eres imposible.

—Gracias, esa es una de mis virtudes.

—En ese caso, no estoy interesada en conocer las demás ­—respondió Lily.

—Oh... te encantarán cuando las descubras —aseguró Camille—. Quizás después no puedas vivir sin mis maravillosas virtudes.

—Te lo tienes bien creído —murmuró mientras se daba la espalda, para que no pudiera verla sonreír.

La francesa la miró un momento antes de acercarse a Petunia, sentarse a su lado y abrazarla por los hombros.

—¿Te gustaría verme hacer un poco de magia? —preguntó Camille con una sonrisa, mirándola con atención. Petunia se quedó en silencio un momento, pensándolo. Lily nunca había querido mostrarle ningún tipo de magia. Creía que era egoísta.

—Supongo que no estaría mal —dijo, mirando a su hermana de reojo.

—Bien, bien —La sonrisa de Camille se tornó en maliciosa y se alejó de Petunia, mientras sacaba su varita del bolsillo de sus pantalones—. A mí particularmente me gusta este hechizo, se llama...

—No, Camille —Lily la interrumpió, mirándola con seriedad—. Sabes que no podemos.

No solo era el Ministerio lo que la preocupaba; también estaba el hecho de que Camille se veía emocionada por la idea de hacer magia delante de Petunia... estaba segura de que quería hechizar precisamente a su hermana.

—Siempre tan egoísta —Petunia se quejó, cruzándose de brazos y mirándola con enojo.

—Vamos, Lola... un poco de magia nunca ha...

—...¿matado a alguien? —terminó de decir, mirándola con enojo—. ¿No prestas atención a las clases? ¡Sabes que la magia sí que puede matar a alguien!

La sonrisa de Camille decayó y bajó su varita lentamente.

—Solo quería divertirme un poco —trató de excusarse.

—¡Pero no piensas en las consecuencias! —Lily se cruzó de brazos—. ¿Sabes quién vive aquí y a quién es a la que van a culpar si usas magia? ¡A mí! Y, a diferencia de ti, me importa mi futuro.

—Tú no sabes cuánto me importa mi futuro, Evans —pronunció lentamente, con la voz tensa—. No hables de lo que no sabes.

Camille estaba segura de que Lily jamás podría hacerse una idea de lo mucho que quería convertirse en auror.

—Pues pareciera que no te importa.

Petunia solo miraba la discusión con total atención, esperando algún momento para hablar y ponerse en contra de su hermana.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora