84. Phoenix y Camille.

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Phoenix cerró los ojos, sintiendo el brazo de Remus contra el suyo propio.

Estaban en su habitación. Él había ido a buscar a Remus para que pasara la noche ahí, con él. Y no habían dicho nada desde entonces... Phoenix estaba comenzando a cansarse del silencio.

Abrió los ojos y se giró para mirarlo. Tenía una mano sobre su estómago y miraba al techo con una expresión tranquila. Estaba despierto, aunque Phoenix pensó por un momento que se habría dormido.

La habitación estaba oscura, a excepción de la débil luz de la lámpara de su mesita de noche.

Phoenix no sabía qué hora era, pero ya llevaban un buen rato en esa posición, sin hablar.

—¿Podemos hablar? —se atrevió a preguntar, incorporándose en la cama para mirarlo mejor.

—¿De qué? —preguntó Remus, ahora girando la cabeza para mirarlo.

Phoenix frunció el entrecejo, sintiéndose molesto de repente. ¿Cómo podía preguntarle de qué? Si llevaban tanto tiempo con silencios incómodos... o quizás solo era él quien lo sentía así y para Remus estaba todo bien.

—¿De qué? —repitió Phoenix, entonces miró hacia otro lado, fingiendo pensar—. No sé, quizás de que parece que últimamente no podemos mantener siquiera una conversación.

Remus exhaló, como si estuviera cansado.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó, mirándolo.

—¿Por qué? —repitió Phoenix, ahora mirándolo también—. Remus... —Phoenix desvió la mirada y se mordió el interior de la mejilla, inseguro—. ¿No crees que todo el tema de Sirius pudo afectar... nos... afectarnos? —preguntó, aún sin mirarlo.

Remus se quedó en silencio un momento.

—Tú eres el que hizo que todo fuera tenso.

Phoenix lo miró de inmediato, frunciendo el entrecejo. Remus suspiró cuando lo notó y se giró en la cama, dándole la espalda.

—Mejor lo dejamos así.

Phoenix le puso una mano en el hombro y lo obligó a mirarlo. Remus lo miró, sorprendido, no había esperado que lo hiciera ponerse boca arriba.

—Y una mierda —soltó Phoenix, entonces exhaló bruscamente—. ¿Qué te pasa?

—¿A mí? —Remus le apartó la mano del hombro y se sentó en la cama—. ¡Tú eres el que me puso una mano encima!

—¡No lo digas así, que suena a que te pegué! —exclamó Phoenix de inmediato—. Y el único que le ha pegado al otro...

—Basta —Remus de inmediato se puso de pie—. Esto es ridículo.

—¿Que quiera expresar mis sentimientos? —Phoenix también se puso de pie y se le acercó—. Oh, perdón, no sabía que estabas hecho de hielo —Y lo empujó.

Remus se giró de inmediato para mirarlo y se le acercó con rapidez. Phoenix se hizo un poco hacia atrás cuando Remus lo sostuvo de los brazos.

—¡Para ya! —Phoenix se quedó quieto ante su grito—. Deja de ser mentiroso, tú no quieres hablar de tus sentimientos, solo quieres quejarte de Sirius.

—¡No! —Ahora Phoenix apartó a Remus—. Quiero hablar sobre cómo afectó nuestra relación que lo perdonaras.

—¡Y es mi problema si perdono a un amigo o no! —Remus se cruzó de brazos y mantuvo su distancia—. Yo no me meto en tu amistad con Cam, así que apreciaría si haces lo mismo con mis amistades.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora