57. Venganza.

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Al día siguiente, Lily se quedó con Sophie en la habitación. Marlene y Camille habían dicho que iban a «buscar algo para comer». Lily realmente no se lo creía, pero tampoco dijo nada.

Haber visto a Sophie con el rostro lleno de sangre y haberla escuchado quejarse del dolor, realmente la había hecho querer llorar.

No era solamente el hecho de que Sophie era su amiga y que le dolía verla así, también estaba el hecho de que a ella también podía pasarle. Estaba asustada, dolida y enojada. ¿Por qué el mundo tenía que ser así? ¿Por qué no podía simplemente querer a Camille delante de todo el mundo?

Había momentos en los que la tenía al lado y solamente quería besarla, pero tener a un montón de gente delante la limitaba tanto... Deseaba dejar de preocuparse, dejar de pensar al respecto. Las noticias cuando estaba en casa y lo que le había pasado a Sophie no la ayudaba en absoluto.

Miró a Sophie, que estaba durmiendo boca arriba en su cama, pensando. Podría haber acabado peor si Camille no aparecía o pasaba de largo como casi cualquiera habría hecho.

Lily, a pesar de sus miedos e inseguridades sobre estar con ella, se sentía afortunada de que tuvieran a Camille en sus vidas.

♦♦♦

Camille disfrutó del ardor en sus nudillos a cada golpe que conectaba contra el rostro del chico frente a ella.

Marlene y ella habían ido buscando por todos lados. Sophie les había dado sus nombres de pila y los había descrito brevemente. No había querido sumarse, y ni Marlene ni Camille le preguntaron por qué.

Después de seguirlos un par de minutos, por fin los tuvieron a solas en un pasillo. Los desarmaron y Camille los ató con un hechizo, ahora estaba sobre uno de ellos, golpeándolo brutalmente.

Al momento en el que comenzó a golpearlo, desconectó de todo alrededor. No podía dejar de pensar en el rostro lleno de sangre de Sophie, y solo pensar en que algo así pudiera pasarle a Lily... La brutalidad de sus golpes aumentó al pensar al respecto.

—Zorra —dijo débilmente él. Camille espabiló y lo miró unos segundos, entonces puso sus manos en su cuello.

En algún momento, el hechizo que lo ataba debió deshacerse, porque Camille sintió sus manos tomarla de las muñecas e intentar apartarla, pero era imposible. Puso aún más presión contra su garganta, notando la desesperación en su rostro. Las uñas del chico le arañaron el antebrazo en un intento desesperado de liberarse, pero Camille continuó.

—Cam —la llamó Marlene, viéndola—. ¡Camille! —gritó después de unos segundos.

Camille giró la cabeza para mirarla, aflojando su agarre.

—Déjalo —le dijo, haciendo una mueca. Haber visto a Camille así... era una faceta que preferiría no volver a ver—. Vámonos, ¿vale?

Camille volvió la mirada al chico, que se quejaba por lo bajo.

—Y atrévete a decirle a alguien lo que hicimos —le susurró—. Estoy segura de que estarán encantados de escuchar lo que tú y el imbécil que tienes por secuaz le hicieron a Sophie.

Camille se levantó y le dio una última mirada antes de girarse y seguir a Marlene, que parecía evitar mirarla.

♦♦♦

—¿Tienes idea de por qué todos me están mirando? —le preguntó Camille a Phoenix en un susurro cuando entraron al Gran Comedor.

—Quizás estás muy linda hoy.

—Siempre lo estoy.

Phoenix resopló, sonriendo.

—No, pero de verdad, ¿no sabes?

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora