93. Dos golpes en una sola noche.

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Cuando Sirius le dio a Camille la noticia de que Lily estaba embarazada, a Camille se le cayó el mundo.

Llevaba apenas unas horas fuera de San Mungo, pero estaba segura de que iba a necesitar volver de inmediato. Tenía un nudo en el estómago que dolía como si se hubiera tragado una bolsa de canicas de metal.

Camille se sentó en el sofá de su departamento.

—¿De verdad? —preguntó en un hilo de voz.

Sirius se sintió mal por verla tan vulnerable y destrozada.

Camille nunca, jamás se lo diría a nadie, pero aún, muy en el fondo, guardaba esperanza. Tenía la esperanza de que Lily se daría cuenta de que, después de todo, no valía la pena vivir la vida según los demás, pero quizás simplemente se había equivocado. Quizás Lily sí amaba a James y ella había estado en negación.

—Esto es...

Camille se cubrió la boca y cerró los ojos con fuerza.

Se sentía como la persona más estúpida del mundo. ¿De verdad había pensado que todo volvería a ser como antes? ¿Cómo había sido tan ingenua? Lily nunca lo llevaría tan lejos solo por alguien más... ¿verdad? Un embarazo era algo demasiado serio.

—¿Cam?

—Estoy bien.

Sorbió por la nariz y se secó las lágrimas.

—Estoy bien —repitió, como si decirlo varias veces fuera a hacer que fuera cierto.

—No es verdad.

No pudo contener el sollozo que salió desde lo más profundo de su garganta, desde lo más profundo de su corazón.

Sirius se apresuró en acariciarle la espalda, tratando de consolarla.

—No creo que debamos volver a besarnos ni nada por el estilo, Sirius —soltó Camille después de unos segundos.

—Es ella, ¿no es así? —susurró Sirius, como si temiera que decirlo demasiado alto, pudiera tener consecuencias.

—Es Lily —confirmó Camille en el mismo tono—. Es ella. Siempre lo será —Camille, que había bajado la mirada, la alzó para mirarlo con una sonrisa triste—. ¿Suena tan patético y triste como me parece? —Su sonrisa se transformó rápidamente en una mueca triste antes de que se cubriera el rostro—. Es Lily... siempre es Lily. Para siempre.

Sirius se apresuró en abrazarla cuando notó que estaba sollozando, con su rostro oculto tras su mano. Pensó que era irónico que era él con quien había roto, pero era ella la que lloraba.

Lily la había arruinado para siempre.

♦♦♦

—Seguro va a ser un bebé lindo —Mary sonrió, mirando a Lily, pero entonces notó su expresión—. Ay, no, ¿el bebé no es algo bueno?

—Sí... no —Lily dudó, poniendo su mano sobre su vientre—. Yo ya le amo, pero...

—¿Pero? —insistió Mary.

—No sé.

No se atrevió a decirle que había pensado en volver con Camille y que estar embarazada lo detenía todo. No había forma de que Camille la aceptara así, y Lily tampoco quería imponerle esa responsabilidad.

Mary no estaba muy convencida por su respuesta, pero no insistió. Respetaba los tiempos de Lily y sus decisiones, aunque algunas le parecían una auténtica tontería, como todo el tema de Camille y sus padres.

—¿Marlene y Sophie saben? —preguntó Mary.

—No... no aún, al menos —respondió Lily, entonces miró a Mary y le mostró una sonrisa—. Te lo tenía que decir primero a ti.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora