29. Las amigas que se quieren y se besan.

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Lily se cubrió con su cobija cuando alguien abrió la puerta de la habitación. Pensó que serían Marlene y Sophie, y que le insistirían que saliera de la cama, como llevaban haciéndolo todo el día.

—Lily, bonita —Camille canturreó, sonriente, y se sentó en la cama—. ¿Qué tan dispuesta estarías a salir de la cama si te dijera que ya sé quién nos vio?

Lily se quitó la cobija de encima, mirando a Camille.

—¿Quién? —demandó saber.

—Un Ravenclaw de quinto año —mintió—, lo desmemoricé hace un rato.

—Eso está mal por muchas razones...

—Sí, está mal —afirmó Camille, entonces ella se quitó los zapatos y se recostó junto a Lily—. Y lo siento, pero puedo desmemorizarte si olvidarlo te hace sentir mejor...

Lily alzó ambas cejas, viendo a Camille alzar su varita.

—¿Serías capaz de hacerlo?

—No realmente —admitió la francesa—. De todas formas, ¿puedes salir de la cama e ir a... no lo sé, hacer algo? —sugirió—. Siempre estás tan activa, estudiando, o haciendo tus rondas de prefecta y ahora... —suspiró—. Es tan extraño saber que estuviste estancada todo el día. No, no es extraño —se contradijo—. Es horrible, porque es mi culpa. Si fuera un día de ocio sería genial, pero es mi culpa y...

—No es tu culpa —Lily la interrumpió, sintiéndose mal cuando notó las ojeras bajo los ojos de Camille, y el aspecto cansado que tenía. Había estado tan concentrada en su propia preocupación, que ni siquiera pensó en Camille por un segundo—. Lamento si te hice sentir que lo era.

—Está bien —murmuró Camille, sintiéndose tranquila.

Lily extendió la cobija para cubrirla también, y Camille la miró con cansancio.

—Puedes dormir si quieres —susurró Lily, extendiendo su mano para acariciar el cabello rubio de Camille—. Y, de verdad, lamento si por mi culpa pensaste que era tu culpa...

—Esto de la culpa es un lío —dijo Camille, arrastrando las palabras por el cansancio. De repente, todo el cansancio se había acumulado en ella. Quizás porque ya estaba más tranquila y no tenía que preocuparse por quién las había visto, tampoco por sus pensamientos de que Lily la dejaría por ello—. Da igual, ya se arregló.

Camille comenzó a sentirse adormilada por las caricias de Lily en su cabello, hasta que se durmió.

Lily la miró con cariño, notando cómo respiraba profundamente para luego exhalar suavemente, y sonrió cuando Camille se acercó más a ella.

Eventualmente, Lily también se durmió.

♦♦♦

Ahora que Lily ya no tenía que pensar y preocuparse sobre que todos supieran de ella y Camille, podía dejar paso a otros pensamientos. Por ejemplo, qué haría después de graduarse.

No quería ir a la orientación vocacional, que Lily calculaba debía ser en un mes, quizás menos —sabía de la orientación vocacional porque el año anterior había escuchado a varios de quinto año hablar al respecto—, sin saber qué quería hacer.

Envidiaba a casi todas las personas que conocía, casi todas tenían una idea sobre qué querían hacer después de Hogwarts. Marlene había dicho que quería ser una rompe maldiciones de Gringotts. Sophie había dejado notar que le gustaría ser profesora, Marlene había sonreído burlonamente y había dicho «Será de esas profesoras que te ponen una calcomanía de "bien hecho" aunque no hayas hecho nada», Lily había estado de acuerdo. Y Camille había sonado bastante segura sobre su futuro cuando Lily le quiso hablar del tema.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora