48. La Playa.

1.7K 252 48
                                    

Camille se despertó en medio de la noche con el corazón acelerado y la respiración errática. No solía tener pesadillas, pero algunas veces simplemente llegaban.

Respiró profundamente, tratando de calmarse. Soñar con uno de sus miedos más profundos, definitivamente, no era divertido. Ignoró a Lily, que se había despertado a su lado por el movimiento repentino que había hecho al sentarse de golpe en la cama.

Lily la miró con los ojos entrecerrados por el sueño, notando una fina capa de sudor en el rostro de Camille, también sus ojos cerrados mientras respiraba profundamente. Se le quedó mirando unos segundos, sintiendo que los ojos se le cerraban solos por el sueño, hasta que extendió una mano para ponerla en su pierna. Camille se sobresaltó.

—¿Estás bien? —preguntó, conteniendo un bostezo. Camille asintió de inmediato.

—Un sueño estúpido, todo está bien.

Lily la miró pasarse las manos por el rostro.

—¿Segura? —preguntó, sentándose también en la cama—. Podemos hablar sobre eso si te ayuda a dormir.

Camille dudó, sin mirarla. Sus dedos golpeaban sus piernas sin ningún tipo de ritmo, mientras pensaba al respecto.

—O podemos dormir otra vez —ofreció Lily, notando su duda—. Sin hablar al respecto. Como te sientas más cómoda.

Camille suspiró y giró el rostro levemente para fijar su mirada en el rostro de Lily, notando la expresión adormilada que prevalecía en su rostro por haberse despertado hace menos de dos minutos. No parecía que fuese a quedarse dormida de un momento a otro, pero tampoco se veia totalmente despierta. Estaba en un punto medio, en el que, si así lo quería, podía quedarse dormida o despierta.

—Soñé que moría —soltó Camille, luego tragó saliva—. Sé que es un poco estúpido, considerando que todos moriremos tarde o temprano, pero me da miedo...

—¿Morir?

—Sí —Camille asintió, haciendo una leve mueca—. No lo sé... creo que me da miedo desde que entendí que significaba.

—Es aterrador —dijo Lily, recibiendo otro asentimiento de Camille—. Pero mi mamá dice que nos convertimos en estrellas.

Camille resopló con diversión por lo estúpido que sonaba.

—Sé que suena ridículo —aceptó Lily, sonriendo y empujándola suavemente—. Pero es un lindo pensamiento, ¿no? Es mejor pensar que, al morir, te unirás a la colección de estrellas que están en el cielo, en lugar de simplemente desaparecer para siempre.

Camille borró su sonrisa. Odiaba la idea de simplemente desaparecer para siempre, dejando como única prueba de su existencia sus cosas y los recuerdos de quienes la habían conocido. Era aterrador. Después de muchos años no habría nadie que la recordara y sus cosas seguramente se habrían perdido.

—Sí, supongo que es mejor pensar que te conviertes en una esfera de gas a miles y miles de kilómetros antes de pensar que simplemente desapareces para siempre —murmuró Camille—. Suena mil veces mejor.

Lily simplemente la abrazó por la cintura y recostó su cabeza sobre el hombro de Camille.

—Está bien, pero cuando seamos estrellas me voy a burlar —bromeó Lily, sabiendo que ni ella misma creía que realmente las personas se transformaran en estrellas al morir. Sin embargo, le gustaba pensar que eso sucedía, era mil veces más bonito.

—Ah, ¿vas a seguir soportándome para ese entonces? —preguntó Camille con una sonrisa, queriendo mirarla, pero sin poder por la posición en la que estaba Lily.

Estrellas || Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora