Estrellas || Lily Evans

76. El cumpleaños de Lily.

𝖆𝖉𝖛𝖊𝖗𝖙𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆: 𝖈𝖔𝖓𝖙𝖊𝖓𝖎𝖉𝖔 𝖘𝖊𝖝𝖚𝖆𝖑 𝖊𝖝𝖕𝖑í𝖈𝖎𝖙𝖔

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Camille no sabía qué hacer.

¿Debía ir a la fiesta por el cumpleaños de Lily o quedarse en su habitación, mientras pensaba en ella?

Además de sus pensamientos sobre ir o no ir, también tenía que soportar a su mente repitiendo cada palabra que Lily le había dicho... Le había dicho que la amaba varias veces. ¿Qué se suponía que dijera o hiciera respecto a eso? No tenía sentido que le dijera que ella también si al final no serviría de nada.

Camille estaba segura que superar a Lily sería más sencillo si no dijera que la amaba. Sería más fácil si fuera como Florence y simplemente la ignorara de un día a otro... pero eso le dolería profundamente. Más que Florence... más que cualquier otra persona que pudiera estar en su vida.

Lily era un fenómeno natural, que había llegado a destrozar todo... y no había escala para medir el daño que había dejado.

♦♦♦

—Vas a ir —le dijo Phoenix cuando Camille le contó—. Claro que vas a ir. ¿Estás loca?

—Pero Nix... —Camille hizo una mueca— es complicado. Es su cumpleaños... y el año pasado estábamos bien, ya no.

—¡Exacto! —Phoenix asintió de inmediato—. Te vas a vestir como... como... no sé, pero vas a lucir alucinante y Lily va a decir: «Qué estúpida soy» y se va a arrepentir de todo.

—Pero no quiero hacerle daño...

—Si le hace daño que te veas bonita, es una estúpida —Phoenix le quitó importancia—. Vamos a tu habitación para saber qué te vas a poner.

—Aún falta más de una semana...

—Los días se pasan volando —Camille casi se rio por cómo Phoenix la empujó para meterle prisa—. Vamos, vamos.

♦♦♦

Que Phoenix eligiera qué iba a ponerse, quizás no había sido la mejor idea.

Phoenix estaba parado frente a su armario, con un montón de ropa acumulada a sus pies.

—Esa falda no —dijo Camille cuando él se la mostró—. Me la regaló Lily...

Phoenix negó con la cabeza sin decir nada y la tiró al suelo, junto al resto de la ropa.

—Tienes un montón de ropa y no te quieres poner nada.

—Es que me gustan como dos camisas nomás.

Phoenix volvió a negar con la cabeza, callado. Siguió buscando y tirando ropa por doquier, hasta que el armario estuvo casi vacío.

—Esto es nuestra última esperanza —Phoenix sostuvo las dos prendas en alto—. Yo te presto la chaqueta... ¿Y bien?

Camille miró las prendas que Phoenix tenía en sus manos.

—No es muy mi estilo...

—Tu estilo es faldas y no te quieres poner ninguna —Phoenix la interrumpió y balanceó las prendas en sus manos—. ¿Y bien?

—Puedo intentar.

—Por fin —Phoenix suspiró, bajando los brazos—. Ahora tenemos que meter todo esto de regreso al armario —Miró la ropa acumulada junto a sus pies—. ¿Qué tanto me odiarías si me fuera y te dejara con este desorden?