Estrellas || Lily Evans

62. All The Young Dudes.

Cuando las luces se encendieron, Camille estaba alejada de ella. Aún sostenía su mano, pero había dejado espacio entre ellas.

Lily se preguntó por qué lo había hecho, la quería tan cerca como fuera posible. Siempre la quería cerca, pero pensar que estaba enamorada de ella... solo quería tenerla cerca. Quería sentir que era real, que estaba tocando su piel bajo sus dedos, que los labios que besaba eran reales.

Lily se acercó y la abrazó, recostando su cabeza contra su hombro. Camille no dijo nada, solo correspondió, dejándole un beso en la cabeza.

No le importó si los demás pensarían que era raro que estuvieran abrazándose en medio de toda la gente que estaba bailando. Lily solo quería sentir a Camille cerca.

Respiró profundamente. Tenía los ojos cerrados, sintiendo el cuerpo de Camille contra el suyo.

—¿Estás bien? —preguntó Camille contra su oreja después de unos segundos.

—Solo te quiero mucho —susurró Lily, aún sin abrir los ojos.

—Te quiero más.

No se lo discutió, ni aunque sabía que estaba enamorada y que con eso venía amarla. Quería decírselo, pero estar no se sentía como el lugar ni el momento correcto. ¿Cómo podría decírselo ahí, en medio de la gente que bailaba y la música alta? Camille se merecía mucho más... Camille se merecía todo el mundo y todas las estrellas.

—¿Bailamos? —preguntó Lily, separándose de Camille.

Mirarla a la cara ahora se sentía diferente, como si darse cuenta de que estaba enamorada de ella hubiera cambiado algo... probablemente lo había hecho.

—Bailamos —confirmó Camille, sonriéndole.

Lily correspondió la sonrisa.

♦♦♦

La fiesta terminó y Sirius le bajó el volumen a la música. Todos se habían ido, excepto James, Sirius, Remus, Phoenix, Marlene, Sophie, Mary, Lily y Camille. Según James, Peter se había ido hace horas.

—Ese Phill dejándonos por su novia —soltó Camille cuando James lo dijo.

—Pero ni siquiera dijo que se había ido con su novia —señaló Sirius, sonriendo.

—¿Por qué otra razón Phill querría dejar a personas tan increíbles como nosotros?

—Ahí tiene un punto —señaló James.

—Toma otro, que ya se te acabó —Marlene le puso otra lata en las manos a Camille. Ya debía ser la décima lata que le recibía esa noche y ya comenzaba a sentirse mareada.

—Marlene, no creo que... —Camille intentó negarse, pero Marlene la interrumpió:

—¿Me lo vas a despreciar?

Camille se resignó y abrió la lata, luego le dio un trago.

—¡Me gusta esa canción! —exclamó Remus cuando comenzó otra. Camille ni siquiera recordaba cuál había sonado antes... o quizás no la había reconocido.

Well, Billy rapped all night about his suicide.

Remus cerró los ojos y movió la cabeza de un lado a otro. Phoenix lo miró con una sonrisa.

Camille escuchó la canción, encontrando que le gustaba el ritmo.

Se sentaron ahí en silencio, escuchando.

—All the young dudes —cantaron Sirius y Remus juntos, abrazándose por los hombros.

Camille se rio, escuchándolos cantar. James se les unió y pronto estaban los tres cantando, abrazados.