Kokomi
20 de Marzo – 16:33 PM
Liyue – Mansión Brillo Nocturno – Aposentos del Dragón
Aunque fuese como su cuidadora o criada, ahora estaba conviviendo con el ilustrador de mi obra favorita. Y no era cualquier hombre, sino, más bien, un ángel cuya belleza era inusitada. Era un príncipe de cabello dorado y voluminoso, que gozaba, además, de unos profundos y claros ojos azules.
Asimismo, para haber sido secuestrada y arrancada de mi tierra, no podía tener queja de aquel lugar. Nos dejaban, completamente, a solas y nos servían comida o lo que fuera que yo pidiera si decía que era por el bien del dragón. Tanto yo como Albedo teníamos habitación propia (con todas las comodidades), aunque ambas estancias estaban pegadas y eran, permanentemente, conectadas por un umbral sin puerta. Debían querer que estuviese siempre pendiente de él.
¿Lo único malo? Yo no... Yo no había podido dejar de pensar en otra cosa que en su pene. Toda aquella noche, pese a la vergüenza del suceso, sufrí todo tipo de fantasías con Albedo que no me dejaron conciliar el sueño.
-Kokomi: deberías darte un baño, Albedo –pensé, ya que debía considerar también sus necesidades más básicas.
Por sí solo no comía ni hacía nada más que estar pendiente de...
-Albedo: ¿eso es una orden? –trató de analizar, con una frialdad que no restaba un ápice de belleza a su maravilloso rostro.
Me hubiese gustado tener charlas con él, pero no todo podía ser perfecto.
-Kokomi: sí, es una orden –respondí sin pensarlo.
Entonces, se levantó del sillón en el que estaba y comenzó a retirarse los botones de su camisa azul ahí mismo... delante de mí.
Quedé enmudecida. Y, para mi sorpresa, no sólo no le ordené que se detuviera para que prosiguiera aquel desvestir en el baño, sino que permití que continuara sin poder apartar la vista de él.
-Kokomi: ese tor... -me callé a mí misma, fascinada al comenzar a vislumbrar partes de su piel que no debería ver.
Cierto era que ya lo había visto desnudo, pero aquella situación... era también distinta.
Se retiró la camisa, la dejó sobre el sillón y continuó quitándose los largos y oscuros guantes, así como las botas. Cuando terminó con toda la parte de arriba, yo ya estaba babeando. No obstante, mi excitación se disparó cuando llevó sus dedos a la cremallera de su pantalón corto.
"Por Orobashi...", mis ojos lila se abrían más y más ante aquel súbito striptease.
-Kokomi: gírate un poco para que te vea de frente mientras continúas –quería verlo todo, absolutamente todo... de nuevo.
-Albedo: sí –acató secamente, y se volvió hacia mí.
Se bajó la cremallera y dejó caer sus pantalones, así como sus medias.
"Está bien dotado tanto por delante como detrás", me resultó asombroso comprobar.
***
Kokomi
20 de Marzo – 16:47 PM
Liyue – Mansión Brillo Nocturno – Aposentos del Dragón
No pude evitarlo: lo perseguí al baño. Como si estuviera completamente a solas y sin percatarse de mí en ningún momento, él preparó el agua de la bañera y se metió dentro.
-Kokomi: espera –ordené, cuando vi cómo alargaba su brazo para coger el gel-. Yo me encargaré de eso.
"Orobashi, creo que me voy al infierno y no me va a importar", recé a la diosa de los océanos y agarré el bote.
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
Fiksi PenggemarUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.