Capítulo 20

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Nathaniel

22 de Marzo – 11:14 AM

Liyue – Hotel Goztamiel

Mientras él parecía estar planeando cómo salir de aquella situación sin asestarme latigazos, yo fui retirándome toda la ropa superior y colocándome sobre las cadenas.

Lo cierto es que eran muy fáciles de colocárselas a uno mismo. Sin embargo, una vez establecidas, ya no había vuelta atrás. La llave debía estar en el armario, junto con el látigo.

-Nathaniel: por favor, necesito que lo hagas –rogué, mirándolo por encima del hombro, pues ahora él estaba detrás de mi espalda y yo ya no podía moverme-. Sabes que, además, se me curan muy rápido las heridas... No será nada para mí.

-Xiao: ¡ni de...!

Lo interrumpí:

-Nathaniel: ¡no quiero perder a mi padre! –le recordé por qué estábamos aquí. Lo tan importante que era... aquello-. Te lo pido, Xiao –supliqué con cierta seriedad-. De verdad estaré bien.

El ambiente se tornó melancólico. Hecho natural dadas las circunstancias, pero la tristeza no era la mejor aliada de la libido. Y sin una buena libido, no iba a llamar la atención del director de una feria erótica.

El adeptus cedió por mí. En completo silencio, caminó hacia el armario, cogió el látigo y regresó para posicionarse de nuevo detrás de mi espalda.

Lo escuché respirar hondamente, cogiendo fuerzas. Yo también lo hice.

Y me dio el primer latigazo. Al instante, contuve la respiración para no soltar ningún quejido de dolor ni removerme. Aquel primer golpe ya había hecho arder inmensamente mi espalda, pero él no debía saberlo.

-Xiao: sí... te ha dolido bastante –comentó, mientras yo ocultaba mi rostro. Y, pese a ello, lo debió percibir de alguna forma.

Sólo me quedaba una carta si quería darle la vuelta a la situación y tener éxito: actuar como si me fuera la vida en ello.

***

Xiao

22 de Marzo – 11:18 AM

Liyue – Hotel Goztamiel

"¡Esa marca es...!", contuve el asombro al ver cómo una línea roja había quedado plasmada en su espalda, casi de lado a lado. Se suponía que había ejercido poca fuerza, pero aquel instrumento estaba demasiado bien hecho.

Entonces, Nathaniel volvió a mirarme por encima del hombro.

Su mirada me dejó impresionado.

"¡¿Le había gustado?!", grité internamente ante lo que parecía una expresión de placer.

-Nathaniel: aah... -gimió y se mordió su labio inferior sin apartarme aquellos ojos esmeralda-. ¿Tan mal me he portado... amo? –pronunció, cambiando, en segundos, el ambiente de la estancia.

"Eh...", tuve que procesarlo mentalmente, aunque mi cuerpo ya lo hubiese procesado al instante. Se estaba acalorando, con unas pocas palabras.

-Nathaniel: lo siento, aún soy inexperto –sonrió de forma traviesa, aunque su tono de voz aparentase ser inocente. Era una mezcla explosiva-. Dame una lección, amo... por favor –suplicó, disparando mi excitación.

El látigo tembló entre mis dedos. Y no precisamente por horror.

El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora