Nathaniel
En lo onírico
En aquel mundo de oscuras tinieblas, pude contemplar a mi padre encadenado a una pared. Incluso en los malos momentos, siempre sentía un brillo de ilusión en sus ojos al encontrarse conmigo. No obstante, el azul de su mirada estaba ahora completamente vacío, sin expresión ni alma alguna siquiera.
-Nathaniel: ¿papá? –expresé, con los labios temblorosos-. ¡Papá!
Quise correr hasta él y arrancar aquellas cadenas con la fuerza que fuera necesaria, pero, por algún motivo, mi cuerpo estaba paralizado ante aquella imagen.
Esa horrible sensación de impotencia, volvió a envenenarme por dentro.
Y, entonces, ella.
Kairi apareció junto a mi padre con una afilada daga en su mano derecha. Sabía que ella no sería capaz de hacerle daño a quien consideraba su tío y, sin embargo, ¿por qué no podía apartar la vista de aquel cuchillo? ¿Por qué... tenía miedo?
-Kairi: ¿cómo te sientes, Nathaniel? –pronunció con un tono altivo que no reconocía en ella, y sonrió de forma soberbia.
-Nathaniel: Kairi... ¿Qué estás...? –mi voz seguía temblando.
Soltó una carcajada irónica.
-Kairi: le diste caza a mi padre, yo sólo he hecho lo mismo para continuar la diversión –sentenció, implacable-. Arrebataste mi más importante sueño con ello, así que... te arrastraré conmigo a la pérdida, hermanito. –Sus ojos tampoco se veían como siempre. Eran más brillantes y, al mismo tiempo, más oscuros.
Mi temblor no paraba de empeorar. Incluso me costaba mantenerle la mirada.
Se acercó más a mi padre, y lamió su mejilla frente a mí. Rió un poco tras aquel gesto que me provocó escalofríos. El miedo... El miedo estaba ahí.
"No, Kairi no me puede provocar miedo... Ella no...", trataba de mantener la cordura.
Sin embargo, mientras luchaba contra mí mismo, súbitamente ella clavó la daga en el vientre a mi padre.
-Nathaniel: ¡¡PAPÁ!! –chillé ante semejante imagen.
Mi angustia no hizo más que provocarle más. De forma despiadada, mientras la sangre se resbalaba por su cuerpo, sacó la daga... para volver a clavarla una y otra vez con una rabia que...
Sus ojos... Sus ojos... No son sus ojos.
-Nathaniel: ¡¡¡KAIRI!!! –me desagarré la voz. Hiperventilaba, pero al fin fue mi alma quien gritó-. ¡¡Yo puedo ser un monstruo, pero tú...!! ¡TÚ NO ERES ESTO!
Su mirada se ensombreció, y se detuvo casi al instante.
Ahora ella no podía mirarme.
Y todo desapareció.
ESTÁS LEYENDO
El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.