El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 65

Kokomi

24 de Marzo – 3:14 AM

Liyue – Mansión Brillo Nocturno – Aposentos del Dragón

Los invasores debieron conseguir calmar al hijo de Albedo de algún modo, puesto que la calma y la normalidad habían regresado a la mansión.

Aunque sí hubo una novedad en aquel momento: abrieron nuestra puerta y echaron dentro de la habitación a alguien más. Era un joven de pelo verde despeinado, ojos dorados y ropas tradicionales de Liyue.

-Gladiador 1: cuando la sangre real se recupere en la sala de sanadores, la traeremos también para que comiencen a procrear –informó, aunque yo no fuera capaz de entender a qué se refería-. Al fin y al cabo, ambos son suyos –añadió, dejándome más confusa, y volvió a cerrar la puerta-. ¡Ve ejercitándolos! –se escuchó ya en el pasillo, mientras se alejaba.

"Ejercitarlos...", aquella orden sí la había comprendido.

De hecho, vinieron a mi mente oscuros pensamientos que, de nuevo, "iba a tener" que poner en práctica.

-Xiao: tú... -susurró, furioso, en cuanto atisbó a Albedo en un rincón. Yo lo había dejado descansando, sentado en un sillón.

-Kokomi: ¡hola! –al menos no había que perder la educación-. Mi nombre es Kokomi.

-Xiao: bien por ti –fue más que borde. Me dejó boquiabierta-. ¿Dónde estoy y qué hace esta escoria aquí? –señaló a Albedo, con una rabia creciente-. ¿Ésta es la mansión de los invasores?

"Nadie me hablaba con aquel descaro", pensé, enfadada. Al menos ya no.

-Kokomi: será mejor que vayas a la cama, pues vamos a empezar –advertí, seria.

Soltó una carcajada irónica que tampoco me agradó.

-Xiao: ¿empezar qué? –replicó, sin hacerme caso-. No pienso hacer nada.

Tranquilamente y aguantando mi mal genio, me acerqué a Albedo y di la orden:

-Kokomi: llévalo a la cama.

Al instante, se levantó y fue a por él. No obstante, para mi sorpresa, ni siquiera logró tocarlo un poco. El peliverde era capaz de teletransportarse continuamente a lo largo y ancho de la habitación.

-Kokomi: si no colaboras, ellos te obligarán a colaborar. ¡Allá tú!

-Xiao: ¿ah, sí? ¡Que lo hagan entonces! –gritó en un impulso de rabia-. ¡¡No pienso dejar que ese miserable me toque!!