23 de Marzo – 23:15 PM
Liyue – Cámara de Jade
El Gran Cazador de Demonios había destrozado la puerta de la prisión y ahora, contra todo pronóstico, se enfrentaba a su propia hija dentro del ya tembloroso edificio.
Era una grandiosa pelea digna de ser presenciada. Dos seres extraordinariamente veloces, se teletransportaban de un punto a otro del interior para acabar cruzando sus respectivas lanzas en cada uno de ellos. Él, un adeptus ancestral con miles de batallas a sus espaldas y cuya mejor habilidad no era la palabra, trataba de hablar con su hija. Sin embargo, ella, una adeptus que en su día derrochaba pasión y amor en cada uno de sus actos, no deseaba charla alguna. Fría, simplemente luchaba contra su padre para doblegarlo y hacerlo regresar a "su lugar".
Pese a que Xiao fuera superior en técnicas de combate, tenía una importante desventaja: no quería hacerla daño.
Quería llegar hasta Nathaniel, pero sin que Kairi sufriera un efecto colateral de su marcha.
-Xiao: ¡¿acaso no lo escuchas, Kairi?! –gritaba, experimentando todo un concierto de emociones en aquel momento, mientras paraba la lanza de su hija con la suya propia-. ¡Tu hermano está en problemas!
Soltó una carcajada.
-Kairi: bien –fue escueta.
-Xiao: ¡¿cómo que bien?! ¡¿Y si lo matan?!
Sin expresión alguna, con aquellos ojos verdes brillantes mirándolo fijamente, ella declaró:
-Kairi: una lástima no haberlo podido matar yo.
-Xiao: ...
Debido a la impresión que provocó a su padre, consiguió romper un ápice de su guardia y alcanzar uno de sus brazos. Esquivó a tiempo de evitar un corte más profundo, pero logró herir superficialmente la zona en la que tenía su verde tatuaje.
Después, se teletransportó de nuevo, aunque solamente a unos metros de ella. No quería dejar de mirarla mientras declaraba también lo siguiente:
-Xiao: si tienes que odiar a alguien, ¡ódiame a mí, Kairi! –alzó de nuevo la voz-. ¡Sin necesidad de ser un dragón, destrocé a mi familia! ¡Y lo hice por miedo! –confesó, abriendo su corazón por primera vez ante su hija-. Lo hice porque temía locamente perder todo lo que amaba... No quería verlo caer, así que simplemente rompí todo a mi paso –apretó más sus dedos sobre el mango de su lanza, en un intento vano de desahogar parte de la intensa emocionalidad que estaba sufriendo-. ¡No cometas mi mismo error!
Entonces, la revelación:
-Kairi: fue dragón padre quien firmó los papeles del divorcio para apoderarse de la princesa de Serphiat –dijo cual autómata.
Y, entonces, el abrumador silencio entre las sacudidas del edificio.
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
Fiksi PenggemarUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.