Reus
24 de Marzo – 0:40 AM
Liyue – Mansión Brillo Nocturno
Ordené que no hirieran al dragón hijo a toda costa. ¡Era...! ¡Era glorioso! ¡La perfección hecha evolución, la personificación del poder en su máximo esplendor! Siglos de mejoras en nuestra raza habían merecido la pena para crear a aquel monstruo imbatible.
¡Qué espectáculo! ¡Ojalá Haakön pudiera ver esto!
-Reus: ¡dragón real! –me dirigí a él, alzando la voz sobre las explosiones de nuestro derredor-. ¡Escuchadme si queréis que este humano siga con vida!
La Sacerdotisa Divina había capturado a un infiltrado. Portaba incluso un artefacto que bloquearía los efectos del que tenía colocado el dragón padre, por lo que fue fácil entender qué plan habían intentado ejecutar.
Ante el pelirrubio, mostramos al humano de pelo blanco, completamente fuera de combate. Sólo entonces consideró detener sus ataques y escucharme de una vez.
-Reus: tenemos también en nuestro poder el artefacto que traía consigo, por lo que... supongo que no ha funcionado vuestro plan, Alteza –degusté pronunciar aquella última palabra, pues estaba orgulloso de que aquella criatura hubiera sido desarrollada desde nuestro linaje-. ¿Por qué no descansa por un rato en nuestra mejor habitación? Al fin y al cabo... Serás nuestro Rey.
-Nathaniel: no seré vuestro maldito Rey –espetó, muy serio e intimidante. ¡Como debía ser!-. Os mataré a cada uno de vosotros... -un brillo carmesí destacaba en sus ojos verdes.
-Reus: ¿por qué desgastarse en una pelea, Alteza? ¡Somos sus leales servidores! -aseguré, feliz con aquel encuentro-. Todo estará a sus pies, ¡nosotros, este mundo y el universo!
-Nathaniel: ¿crees que no conozco tu raza y sus métodos? Sé que acabaréis matando a más humanos y... que no liberaréis a mi padre –tenía razón, porque era más conveniente tenerlo bajo control-. Sé que la conquista es vuestro principal fin.
-Reus: ¿y no es ese también el fin de un dragón? –extendí mi sonrisa-. El poder debe poseerlo el más fuerte, Alteza.
Se quedó callado, como si tuviera un dilema interno.
El brillo carmesí de sus ojos se estaba haciendo cada vez más intenso, ocultando cada vez más el color verde de su mirada.
Por algún motivo, tuve miedo.
-¿?: ¡qué bonita noche para tranquilizarse! ¿No crees, Nathaniel? –alguien más apareció detrás del dragón y le colocó las manos encima de sus hombros.
¿De dónde había venido? ¿Por qué... no lo había percibido en absoluto?
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.