Nathaniel
22 de Marzo – 11:08 AM
Liyue – Hotel Goztamiel
Aquella misma mañana, nos guiaron a todos los participantes a una enorme sala que estaba dividida en más pequeños cuartos sin puerta. En cada uno de estos cuartos, había instrumentos fáciles de identificar: cadenas en el techo y en el suelo.
Siguiendo el ejemplo de parejas veteranas, Xiao y yo nos dirigimos a una de aquellas estancias que parecían, en principio, exclusivas para cada pareja... pese a que no estuviesen cerradas del todo. De alguna forma, parecía que se invitaba a que los distintos participantes se mezclaran entre sí por los distintos cuartos.
Sin embargo, parece que al menos al comienzo, había cierta calma.
-Trabajador: ¡bienvenidos a la primera actividad, pareja! –saludó un hombre de escasa estatura y largo bigote que tenía un cuaderno en sus manos-. ¿Quién es el dominante y quién es el sumiso? Vuestra decisión será de importancia para las próximas experiencias.
Para nosotros, tal y como había ido nuestra "relación" en la cama, la respuesta era fácil. O al menos eso creía.
El peliverde se me adelantó:
-Xiao: ¡yo soy el sumiso! –respondió, dejándome boquiabierto.
"¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?", apenas era la primera experiencia y yo volvía a estar confuso por segunda vez aquel día.
-Nathaniel: ¡pero si yo soy el que...! –Entonces, me percaté de un armario en el que sólo había un látigo y recordé los requisitos mínimos de aquella actividad. No iba a permitírselo-. Te está bromeando –pronuncié con una gélida sonrisa-. Yo soy el sumiso –sentencié.
En aquella primera actividad, el dominante estaba obligando a asestarle, por lo menos, cinco latigazos a su sumiso.
-Xiao: ¡no! –insistió al instante-. ¡He dicho que yo lo soy, Nathaniel! –me miró de forma feroz.
Estuvimos peleando unos minutos, ante la mirada perpleja del hombre.
-Trabajador: ¿ambos sois sumisos? –alzó una ceja-. Bueno... tampoco es algo raro en una pareja. En su mayoría, las personas son sexualmente sumisas y dóciles.
El orgullo le jugó una mala pasada al peliverde:
-Xiao: ¡¿a quién llamas sexualmente dócil?! –gruñó.
-Trabajador: oh... tú eres el dominante –apuntó al instante en el cuaderno.
-Xiao: ¡¿eh?! ¡No! ¡Eso no es lo que...!
El hombre se marchó felizmente mientras silbaba, en dirección a otra estancia en la que no quiso perseguirle Xiao.
Se escuchaban ya los latigazos. Nuestros compañeros de feria no perdían el tiempo.
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
Fiksi PenggemarUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.