Capítulo 12

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Tartaglia

21 de Marzo – 7:10 AM

Liyue- Ciudad de Liyue – Segunda Casa de Tartaglia

En el continente, los fatui estaban bajo el mando de Scaramouche, así que no podía contar con mis subordinados habituales para sacar ventaja. No obstante, también tenía contactos externos en el mercado negro que eran igual de útiles o incluso más.

Teucer... estaba vivo. Fue de las primeras cosas que traté de averiguar, no iba a negarlo. Por fortuna, él siempre había permanecido en aquel sanatorio de Liyue.

Conseguí una casa nueva, donde pudimos refugiarnos por el momento a nuestra llegada. Por ahora, pese a la invasión, Liyue parecía funcionar como siempre y no se veía más que unos pocos soldados vagando por los alrededores (y parecían entretenidos).

Aunque tampoco necesitaban muchos soldados para conquistarnos.

-Tartaglia: llevaron a tu padre a una mansión, llena de gladiadores, en esta misma ciudad –comencé a compartir la información que había conseguido-. Kairi está con Scaramouche en la Casa de Jade, y Däriel está como Aria... Ambos desaparecidos.

-Xiao: Scaramouche... -parecía intentar hacer memoria.

Era el momento de ser claro y de que todos estuviéramos al tanto de todo.

-Tartaglia: Scaramouche es el ahora líder de los Fatui. Dicen que Kairi y él ahora son pareja –añadí, dejando boquiabiertos tanto al hermano como al padre.

Nathaniel fue el primero en reaccionar:

-Nathaniel: ¡Kazuha! -por algún motivo temió por el samurái-. Debió quitarlo de en medio –dedujo rápidamente.

-Tartaglia: sí, yo también pensé lo mismo –convine con él-. De hecho, lo más probable es que esté muerto.

Se dio un sepulcral silencio que duró varios minutos. Era difícil procesar los golpes de la dura realidad y, además, tener que razonar fríamente para tomar decisiones. No obstante, a veces la vida no te dejaba otra alternativa que ser fuerte. Por ti y por quienes querías.

"Däriel, más vale que estés bien y vengas cuanto antes", deseé internamente.

Cogí aire y, pese al ensombrecido ambiente, retomé la charla.

-Tartaglia: la Cámara de Jade es aún un objetivo imposible para nosotros actualmente –expuse-. Quizá lo mejor ahora es arrebatarle al enemigo un aliado poderoso.

-Nathaniel: sí, recuperar a mi padre –cogió también aire, para mantener la compostura y pensar en el plan-. No obstante, antes de pensar siquiera en acceder a esa mansión, deberíamos tener alguna forma de contrarrestar el artefacto que le pusieron. O quizá lo utilicen en nuestra contra.

Sonreí, con aires triunfales.

-Tartaglia: ¡en efecto! –coloqué las manos en mi cintura, en pose heroica-. ¡Y aquí, el maravilloso Tartaglia, ha encontrado otro artefacto capaz de anular el controlador de dragones de Sangonomiya!

Al fin pude ver esperanza en los ojos verdes de mi pequeño Nath. Aunque no fui el único que se alegró de aquel detalle. Tanto Aoi como Xiao se percataron de la subida de ánimo del pelirrubio y parecieron más aliviados.

-Nathaniel: ¿dónde está o quién lo tiene?

En realidad, no había sido difícil saber quién podía tener reliquias ancestrales. Había un coleccionista del mercado negro a quien... ya había robado en el pasado.

-Tartaglia: Ábaco –pronuncié y, para mi sorpresa, Xiao pareció reconocer ese nombre.

¡Incluso se puso muy nervioso!

-Xiao: ¡NO!

El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora