Däriel
26 de Marzo – 18:01 PM
Liyue – Mansión Brillo Nocturno – Baños termales
Pronto quizá dejásemos de nuevo Liyue atrás, puesto que los generales querían realizar en Inazuma mi coronación y usar Tenshukaku como Palacio Real. Yo intentaría, al menos, que la familia se mantuviera unida y llevarlos también. Si estaban lejos, era más difícil protegerlos. Y yo tenía muchos temores, sobre todo: que marcaran a mi hermana o a mi sobrina. Sabía bien que había más de un interesado.
En Serphiat, no se consideraba la opción de ser mujer y ser dominante. No era más que un instrumento para sus fines perversos. Y yo tuve que ser testigo de ello una y otra vez, sobre todo con mi madre, a quien mi padre hundió en todos los aspectos.
Suspiré, intentando no recordar demasiado, y, con una toalla atada a mi cintura, me metí en aquellos baños termales de la mansión. Se suponía que tenían acceso todos los generales a aquel lugar, pero yo sabía que a aquella hora no iba a haber nadie más. Era la hora a la que iban al hotel del vicio.
Suspiré más hondamente, dejando que la calidez del agua sobre mi cuerpo me tranquilizara un poco por un momento.
"Aún no le he dicho a Nath que su amiga y Tartaglia también están en la prisión", recordé. "Bueno, es mejor así."
-¿?: ... Däriel –alguien susurró a mis espaldas, en medio de mi baño.
Y, por algún motivo, no sentí la necesidad de recuperar la guardia. Algo en su voz... me trajo, en aquella ocasión, buenos recuerdos.
Giré la cabeza y miré al intruso por encima del hombro.
Era una mujer... Y no cualquier mujer.
-Däriel: ¿Farrah? –expresé, sorprendido de verla en aquel lugar-. ¿Qué haces aquí? ¡Ellos podrían...!
Esta vez, quien suspiró en los baños fue aquella mujer de largo cabello blanco.
-Farrah: al igual que tú, sé que a esta hora los demás no estarán aquí –aseguró, a lo que debía darle la razón. No obstante, era muy peligroso para ella igualmente. Si alguien la veía así...-. Supongo que actuar las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana durante siglos, no es nada fácil.
Con toda tranquilidad, se metió también en el extenso baño termal, junto a mí.
-Däriel: pero es lo que te mantiene libre –debía recordarle.
-Farrah: ¿de verdad soy libre? –se preguntaba, un tanto melancólica-. A veces siento que, incluso habiéndolo matado, mi hermano me sigue apresando. No sé si puedo seguir...
Me preocupé, me preocupé infinitamente.
-Däriel: no tienes otra opción que seguir, Farrah –insistí, serio.
En mi niñez y parte de la adolescencia, en los pocos descansos que yo tenía entre entrenamiento y entrenamiento, jugué con ella alguna vez e incluso hablamos de vez en cuando de sus problemas (yo jamás hablaba de los míos, ni quería ni podía). Ella era hija de un Duque y, como a las demás, le llegó un día la noticia de que iba a ser marcada por algún otro noble desalmado.
No obstante, ella era fuerte e independiente, una persona que tomaba sus propias decisiones. Un poderoso ser que, debido a su género, no quisieron aceptar.
Sobre todo su hermano, Niels.
-Farrah: sé que sí habría otra opción... y creo que la necesito, Däriel –pronunció, generándome escalofríos. En especial, cuando llevó la mano a mi torso-. De verdad que ya no puedo más. No puedo... No puedo fingir más.
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.