Capítulo 22

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Nathaniel

22 de Marzo – 11:25 AM

Liyue – Hotel Goztamiel

El escozor de mi espalda seguía atenazándome. No obstante, la actitud de Xiao me hizo ignorarlo con la misma facilidad con la que me lo había ejercido. Él era ya de por sí "bastante activo" a nivel sexual, pero... aquel "juego" parecía atraerle sobremanera.

"¿Tanto quieres someterme y hacerme tuyo, Xiao?", fantaseé con la sola idea, olvidándome yo también por un instante del fin por el que estábamos allí, mientras él me forzaba a abrir la boca frente a su bragueta.

Intenté suplicar por el uso del látigo, y mis súplicas no hacían más que empeorar sus gestos.

La peor parte es que yo tampoco era de piedra.

-Nathaniel: el látigo... el látigo... -decía, hipnotizado, sin poder apartar la vista de cómo se bajaba la cremallera del pantalón a pocos centímetros de mi cara-. Por favor, amo... -el tono de mis súplicas mostraba cada vez menor resistencia.

Y su pene hizo su aparición. Su sola imagen ya me enmudeció.

"¿Cómo voy a pararlo?", temblé entre la excitación y el terror.

Fue entonces cuando un trabajador se adentró en la estancia. ¡En medio del acto!

Él titubeó cuando recibió la mirada atroz de Xiao, dejando bien claro que estaba siendo una molestia en aquel instante.

Yo temí por nuestra permanencia en la feria, así que me preparaba ya mentalmente para negociar desesperadamente si era necesario.

-Trabajador: p-por el momento... -se le veía nervioso- tenéis el favor del director, así que podéis olvidaros del látigo si continuáis –tartamudeó, intentando no mirar de más al adeptus.

Una vez comunicado aquello, marchó rápidamente de la visión de Xiao.

"¿Ábaco nos estará viendo justo ahora?", me pregunté, emocionado. "Tal vez la clave de su atención sea entonces dejarse llevar de verdad", deduje, comenzando a elaborar una planificación mental en la que me ensimismé. "Si primero hace-...", mis pensamientos fueron interrumpidos.

-Xiao: no pongas atención a otra cosa que no sea a mí –apretó su mano enguantada sobre mi mentón.

Contemplé aquel magnífico rostro que tenía. Aquellos ojos dorados que me miraban intensamente, aquellos labios perfectos que necesitaba besar a cada momento...

Pero yo iba a tener la boca "ocupada" para cualquier tipo de beso.

-Nathaniel: es imposible mirar a otro lugar si estás aq-

Volvió a interrumpirme, literalmente atravesando mis labios y embistiendo mi boca con su miembro de forma súbita.

-Nathaniel: ¡¿hmm?! –hice un quejido de sorpresa. Sentía cómo aquel "instrumento" abarcaba casi todo mi interior, el cual trataba de procesar aquella arremetida.

Arrodillado, sin escapatoria alguna por las cadenas y con mi rostro en poder de su mano, mi cuerpo no podía hacer otra cosa que recibir aquella penetración.

-Xiao: te he hecho comerlo por años y... parece que sigue siendo demasiado para ti –bromeó, mirándome desde arriba, con una expresión de completa satisfacción. Parecía estar degustando la imagen.

Fue insertándolo hasta el fondo, haciendo crecer mi ardor pese a la "inabarcable" invasión. Después, usándome cual objeto, fue sacándola y metiéndola (sin llegar a dejarla fuera de mi boca del todo en ningún momento) en lentos movimientos, haciéndome sentir la presión en los labios.

-Nathaniel: hmmm... hmmmph... -seguía haciendo quejidos de forma inevitable. Quejidos que él saboreaba.

-Xiao: mírate... no vas a tener otra opción que tragártelo todo –su tono de voz, tan sensual y contundente, me estaba enloqueciendo.

Aceleró el ritmo de las bruscas penetraciones.

-Nathaniel: ¡mhpmm! –sentía que iba a asfixiarme, y no me importaba.

No tardó en explotar dentro de mi boca. Mi lengua saboreó su semen, antes de tener que tragarlo por la fuerza.

Y, de la misma forma que había iniciado, terminó de sacarla de forma súbita.

-Nathaniel: cof, cof... -tosí, y cogí aire ahora que podía hacerlo con más facilidad.

Él rió de mis intentos por recuperarme.

-Xiao: ¿el cordero casi se ahoga? –expresó de forma irónica.

Entonces, fue cuando yo sonreí con malicia. Tomándolo por sorpresa para que liberara un poco el agarre de sus dedos sobre mi barbilla, eché mi cabeza hacia delante y lamí su pene hacia arriba.

Le provoqué un potente escalofrío que yo también degusté percibir.

-Nathaniel: gracias por la comida, amo –le provoqué, en reacción a su burla.

No debí.

El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora