Tartaglia
9 de Abril – 19:12 PM
Inazuma – Afueras de la Ciudad de Inazuma
No quería dejar atrás a Däriel. Necesitaba verlo, pero... temía por mi familia. Muchísimo. En cada una de las noches, pensaba en mis padres, hermanos y en el resto. Por tanto, agarrando la primera barca que encontré en la playa, fui preparándome para ir al continente de cualquier forma y a cualquier precio.
De verdad tenía que saber que estaban bien.
-Däriel: ¡¡imbécil!! –escuché a lo lejos.
Pese a lo que había pronunciado, mis ojos se humedecieron al verlo correr hacia mí.
-Tartaglia: Däriel... -sollocé, con las manos en la cuerda que mantenía en la orilla la barca. Estaba a punto de marchar, así que debía ser cosa del destino que nos encontráramos-. ¡Däriel!
No obstante, cuando me alcanzó, no hubo un abrazo o un beso digno de un reencuentro como aquél.
Me dio un pequeño golpe en la cabeza, como si me tratara de un niño malcriado.
-Tartaglia: ¡¿Däriel?! Pero... -lo miraba con desesperación.
-Däriel: ¡eres un maldito inconsciente! –gritó, enfurecido-. ¡Podrían haberte llevado con alguna de sus familiares y marcarte para añadirte a su harem como juguete!
"Eso no hubiera sido un peligro si me hubieras marcado tú antes", alcé una ceja, un poco ofendido.
Ni siquiera me dejó hablar, la bronca continuó:
-Däriel: ¡¿y a dónde te crees que vas?! ¿Tú sólo a una tierra llena también de monstruos?
Sólo pausó su cabreo cuando mencioné a mi familia.
-Tartaglia: necesito verlos y saber que están bien, Däriel –contesté, con seriedad.
Y él bajó los humos al instante. De hecho, pasó del enfado a la preocupación.
-Däriel: tal y como te prometí, yo fui a tu tierra –informó, dejándome boquiabierto. Recordaba aquella promesa, pero pensé que no la había podido cumplir por todo lo que había pasado, y era comprensible. Incluso se había tenido que hacer Rey-. He estado con tu familia...
Me emocioné y lo tomé de las manos.
-Tartaglia: ¡¿en serio?! –aguardaba, esperanzado, buenas noticias.
-Däriel: siento no haber podido decirte esto antes, Tartaglia –su tono serio pero sentido aniquiló mi energía de júbilo. Parecía la introducción de una mala noticia-. Tu madre y algunos de tus hermanos murieron.
Sentí el mundo caer a mis pies, y yo hundirme con él.
-Tartaglia: ...los... los mataron.... –quedé en shock.
-Däriel: pero tu padre, el resto de hermanos y todos tus sobrinos están bien, y van a salir adelante –añadió cuanto antes, en un intento de calmarme.
Pero el odio me estaba embriagando.
¡¡Tenía que matar a los que osaron tocar a mi familia!!
Retomé la acción (liberar la cuerda del barco para ir a la mar) que había iniciado antes de que el alto pelicastaño llegara.
-Tartaglia: voy a... voy a... despedazarlos –mis manos temblaban, pero estaban haciendo su trabajo como debían pese a ello.
-Däriel: ¡serás tú el despedazado y lo sabes! –replicó, con una razón que yo había perdido.
El nuevo monarca de aquel mundo trató de detener mis manos. Sin embargo, yo fui claro:
-Tartaglia: ¡aunque me pares ahora, escaparé todas las veces que hagan falta o me enfrentaré a esos engendros en la misma Inazuma con mis dagas! –alcé la voz yo esta vez. Estaba sufriendo un intenso arrebato emocional que era incapaz de frenar debido al terrible dolor de mi corazón-. ¡No pararé hasta acabar con todos ellos!
-Däriel: ¡¿qué estás diciendo?! ¡Morirás!
-Tartaglia: ¡NO ME IMPORTA! –declaré, en un poderoso impulso.
Un impulso que fue respondido con otro. Däriel, con los ojos casi salidos de sus órbitas y una expresión atemorizante en su rostro, me agarró de los hombros y me tiró a la arena.
En el suelo, no hubo siquiera posibilidad de forcejeo cuando se abalanzó sobre mí. La fuerza de sus brazos superaba considerablemente la de los míos, más aún en aquel momento.
Y, entonces, en un visto y no visto, me mordió el cuello.
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El Pecado del Alquimista 11 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionUndécima parte de El Pecado del Alquimista. Secretos que retumban en las almas.