Todos me dicen: "Métete. Nadie sabrá si te quedas en cama todo el día. Nadie sabrá si usas los mismos pants todo el mes, si siempre comes frente al televisor o si usas tus camisetas como servilletas. Adelante, escucha la misma canción una y otra vez hasta que su sonido se convierta en nada y el invierno se acabe mientras duermes".
Podría revisar Twitter hasta que se me nuble la vista y luego colapsar en mi cama como un personaje de Oscar Wilde. Podría conseguir una botella de whisky (aunque le prometí a mi abue que no lo haría) y dejar que me haga resplandecer, dejar que las orillas de la habitación se suavicen, dejar que los recuerdos salgan de sus jaulas. Quizá lo oiría cantar de nuevo, si todo lo demás se callara. Pero eso es de lo que quiere salvarme Hannah.
Si tan sólo tuviera algo para quitarle el filo a la soledad. Si al menos "soledad" fuese una palabra más precisa. No debería sonar tan bonito. Sin embargo, es mejor enfrentarlo ahora para que no me sorprenda después, para no paralizarme y volverme incapaz de sentir el camino de vuelta a mí misma.
Sé que siempre estoy sola, incluso cuando estoy rodeada de gente, así que dejo entrar la sensación de vacío. El cielo es del azul más oscuro, cada estrella es clara y brillante. Mis palmas se sienten cálidas sobre mis piernas. Existen muchas formas de estar solo. Eso es algo que sé. Inhalo (estrellas y cielo). Exhalo (nieve y árboles). Hay muchas formas de estar solo y la última vez no fue así.
Una sonrisa que exprese tanto bienvenida como arrepentimiento. Una sonrisa que signifique algo, que exprese todo lo que necesito decirle para no tener que elegir las palabras correctas.
—"Recuerdo todo el principio como una sucesión de vuelos y caídas, un pequeño sube y baja de buenas y malas emociones."
—Por supuesto que te la sabes de memoria.
—Bueno, es increíble.
—Creí que todo sería así, pero sólo es confuso y sin sentido. Los fantasmas (si hay fantasmas) ni siquiera hacen nada. Sólo aparecen y andan por ahí.
Y me daba miedo su fantasma.
Y estaba harta de mí misma.
—Comencé a pensar que habías perdido tu teléfono. O que no te lo habías llevado. Me sentía como una acosadora. Todas esas llamadas y correos electrónicos y mensajes de texto. ¿Tienes idea de cuántas veces intenté contactarte? —sus ojos se llenan de lágrimas. Se le escapa una risa amarga—. Qué pregunta tan estúpida —dice—. Claro que sabes. Porque los recibiste todos y sólo decidiste no responder.
—No sabía qué decir —susurro. Suena inapropiado hasta para mí.
—Quizá podrías contarme cómo llegaste a esa decisión. He estado preguntándome qué hice exactamente para provocar esa estrategia específica.
—No fue una estrategia.
—Entonces ¿qué fue? He pasado todo este tiempo repitiéndome que lo que estás pasando es más importante que no hablar conmigo. A veces funciona. Pero a veces no.
—Lo que le sucedió... —digo—. Lo que sucedió al final del verano... Pasaron más cosas de las que sabes. Qué increíble que estas palabras sean tan difíciles. Apenas significan algo. Lo sé. Pero me aterran. Porque a pesar de lo mucho que he logrado sanar y las diversas formas en que he recobrado la compostura, no he dicho nada de esto en voz alta.
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Frases de Libros
Random"A veces lees un libro tan especial que quieres llevarlo contigo durante meses, incluso después de haberlo terminado". pd: las frases le pertenecen a los escritores/autores de los libros.