Frases de Libros

Las ventajas de ser invisible (Stephen Chbosky)

Por favor, no intentes descubrir quién es ella porque entonces podrías descubrir quién soy yo, y la verdad es que no quiero que lo hagas.

Y quiero que sepas que estoy al mismo tiempo contento y triste y que todavía intento descubrir cómo es eso posible.

Por triste que me sienta, creo que no saberlo es lo que de verdad me preocupa.

Sería genial volver a tener un amigo. Lo preferiría incluso a salir con alguien.

Es que a veces la gente utiliza el pensamiento para no implicarse en la vida.

Aceptamos el amor que creemos merecer.

—Te odio.
Lo dijo de forma distinta a como se lo había dicho a mi padre. A mí me lo decía en serio. Muy en serio.
—Te quiero —fue lo único que pude decir en respuesta.

Me siento infinito.

Tú ves cosas. Te las callas. Y las comprendes.

Y, en ese momento, juro que éramos infinitos.

Solo la miro a veces y me parece que es el ser más bonito y más amable del mundo entero.

Piensas en esos días en los que hace un tiempo precioso que te hace recordar las cosas, y en los ojos más preciosos que has visto jamás, y lloras, y esa persona te devuelve el abrazo, entonces creo que te haces una idea de cómo es la fotografía.

Me parece mal cuando un chico mira a una chica y cree que su forma de mirarla es mejor que la chica en sí misma.

Estoy empezando a reconocer un patrón en el tipo de libros que Bill me da para leer. E igual que las cintas de canciones, es increíble sostener cada uno de ellos en la palma de mi mano. Todos son mis favoritos. Todos.

Y creo que ellos comprendían. Nada en concreto, en realidad. Simplemente, comprendían. Y creo que es todo lo que puedes llegar a pedirle a un amigo.

Decidí entonces que cuando conociera a una persona que me pareciera tan bonita como la canción se la regalaría. Y no me refiero a bonita en el exterior. Me refiero a bonita en todos los sentidos.

Y me abrazó. Y yo cerré los ojos porque no quería sentir nada que no fueran sus brazos. Y ella me besó en la mejilla y susurró para que nadie pudiera oírlo:
—Te quiero.

En esa hoja blanca de papel, Sam tecleó: <<Escribe sobre mí alguna vez>>.
Y yo respondí, de pie allí mismo, en su habitación. Escribí simplemente:
<<Lo haré>>.

—Quiero asegurarme de que la primera persona que besas te quiere. ¿Vale?
—Vale.

Y me besó. Fue el tipo de beso del que nunca podría hablar en voz alta a mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en toda mi vida.

No sé si alguna vez has sentido algo así. Que querrías dormir durante mil años. O simplemente no existir. O no ser consciente de que existes. O algo parecido.

Me siento como un gran farsante porque he estado recomponiendo mi vida sin que nadie lo sepa.

El problema es que todo el mundo siempre compara a todos con todos, y que eso quita mérito a la gente.

Es verdad que me está pasando algo. Y no sé lo que es.

Las cosas cambian. Y los amigos se van. Y la vida no se detiene por nadie.

Pero intenta ser un filtro, no una esponja.

Creo que la idea es que cada hombre o mujer tiene que vivir su propia vida y luego decidir si la comparte con los demás.

No es que crea que debería haber intentado volver con ella, pero si haber corrido detrás de ella de todas formas.

Y creo que me di cuenta en ese momento de que realmente la quería. Porque no salía ganando nada, y no me importaba.

Y creo que todo el mundo es especial a su manera. Lo creo de verdad.

Fue un alivio. No te podría decir si la vi feliz o triste, pero me bastó verla y saber que estaba allí.

Es solo que no quiero ser el amor platónico de nadie. Si le gusto a alguien, quiero que sea mi verdadero yo la que le guste, no la que piense que soy.

Voy a hacer lo que quiera hacer. Voy a hacer ser quién soy en realidad. Y voy a averiguar qué soy.

Pero aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir a dónde vamos desde ahí.

Quizá sea bueno poner​ las cosas en perspectiva, pero, a veces, creo que la única perspectiva es estar allí de verdad.