Requiem: 'Delirium 3' (Lauren Oliver)

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Sé que se pregunta qué ha cambiado, y si se puede cambiar de vuelta. Sé que lo estoy lastimando. Hay preguntas que se está forzando a no preguntar, cosas que está luchando por no decir. Me está dando tiempo. Es paciente, gentil.


Eso es lo que Alex es ahora: una sombra de chico, una ilusión. Por tres días no me ha hablado o mirado para nada.


Sé que luzco encantadora. Puede sonar egoísta, pero es la verdad. Esto, también, ha cambiado desde la cura. Cuando no estaba curada, incluso si la gente me decía siempre que era bonita, nunca me sentía así. Pero después de la cura, una pared apareció dentro de mí. Ahora veo que sí, soy bastante simple e indiscutiblemente hermosa. También ya no me importa.


La perfección es una promesa, y la seguridad de que no estamos equivocados.


Ninguno de los dos habla mucho, y cuando lo hacen, nunca tienen nada interesante que decir.


Hablábamos sobre volar. Hablábamos sobre escapar. Era cosa de niños, como creer en unicornios y magia.


Repetí el mantra: "el pasado está muerto, no existe".


¿Quién sabe? Quizás ellos tengan razón. Quizás estamos siendo manejados como locos por nuestros sentimientos. Quizás el amor es una enfermedad, y estaríamos mejor sin ella. Pero nosotros elegimos una ruta diferente. Y en el final, ese es el punto por escapar de la cura: Somos libres para elegir. Somos incluso libres para elegir algo horrible.


Hay mil cosas que quiero decirle.


"Por favor, comprende. Por favor, perdóname.

Yo rezaba todos los días para que estés vivo, hasta que la esperanza se convirtió en dolorosa.

No me odies.

Aún te amo".


No podía seguir esperando, y luego despertarme cada día y descubrir que no era cierto, y que te habías ido aún. Yo... yo no era lo suficientemente fuerte...


La creencia de que te volvería a ver, que yo podría encontrarte, la esperanza, era lo único que me mantuvo en marcha.


—Deja de decir mi nombre. Tú ya no me conoces.

—Sí que lo hago.


Y cuando empezó a oscurecer apuntaste al cielo, y dijiste que había una estrella por cada cosa que amabas de mí.


Sólo detente. No más. Se terminó, ¿de acuerdo? Todo se terminó.


—Yo no te quiero, Lena. ¿Me oyes? Nunca te he amado.

El aire se va. Todo se va.

—No te creo —estoy llorando tanto, casi no puedo hablar. Da un paso hacia mí. Y ahora yo no lo reconozco en absoluto. Se ha transformado por completo, se convirtió en un extraño.

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