Cazadores de Sombras "Los Orígenes": Princesa Mecánica (Cassandra Clare) 1

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Diciembre es un tiempo afortunado para un matrimonio. Ya que dicen que "cuando viene la nieve de diciembre cae rápido, cásate, y el amor verdadero durará."


Yo tengo todo que perder, y él no tiene nada que perder, se recordó a sí misma.


Quería correr hacia ella, envolverla en sus brazos, protegerla.


Preferiría que me dijeras la verdad, toda la verdad, ya sea amarga o aterradora, para poder compartirla contigo.


Ella había extrañado sus chistes, los libros que solía prestarle, los destellos de risa en su mirada.


– A veces cuando no puedes decidir qué hacer, finges ser el personaje de algún libro, porque es más fácil decidir qué harían ellos.


– Algunas veces uno tiene que elegir entre ser amable y honorable. A veces no se puede ser las dos.


– Conoces el sentimiento, cuando estás leyendo un libro, y sabes que habrá una tragedia; puedes sentir el frío y la oscuridad llegando, ver la red tejiéndose cerca de los personajes que viven y respiran en las páginas. Pero estás tan atado a la historia como si fueras tirado detrás de un carruaje, y no puedes dejarlo pasar o cambiar el rumbo haciéndose a un lado.


–  ¿Temes por Jem, -dijo Will.

– Sí, -dijo ella. - Y temo por ti también.

– No, -dijo Will con voz ronca. -No desperdicies eso en mí, Tess.


Uno no se desprende de una persona tan rápidamente, él había aprendido. 


– Muriendo un poco más rápido por amor. Y hay cosas peores por las que morir.


- Justo cuando creo que te conozco perfectamente, me sorprendes de nuevo. Sí, te liberaré. Busca. Haz lo que quieras. No puedo trabar tus buenas intenciones; eso sólo sería cruel, y haría lo mismo por ti, sí estuviera en tu lugar. Lo sabes, ¿verdad?


– No es una promesa vacía, James. Créeme, no hay nadie que conozca mejor que yo el dolor de la falsa esperanza. 


– ¿No te importa siquiera a dónde voy? -dijo él. -¿Qué si estoy yendo al Infierno?

– Siempre quise ver el Infierno, -dijo Cecily con calma. -¿No lo quiere todo el mundo?


– Entonces, ¿qué soy yo? -preguntó Cecily.

– Eres mi debilidad.

– Y Tessa es tu corazón, dijo ella, no con enojo sino pensativamente. -No soy una tonta, como te dije, -agregó por su expresión de sorpresa. -Sé que la amas. Lo que sea que sientas, no has tenido que ver con ello, y supongo que todos queremos cosas que no
podemos tener.


Preferiría morir y renacer y ver el sol de nuevo, que vivir hasta el fin de los tiempos sin la luz del sol.

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