—Nunca iba a ser feliz contigo —le dijo mamá—. Tu mundo no es para gente como yo.
—Y no importa cuán ansiosa estés por ello, no puedes hacer que la luna se oculte o aparezca más rápido.
Y sin poder evitarlo, a pesar de lo que había hecho y lo que era, llegué a amarlo. Lo amaba.
Quiero sentir algo, algo además de un malestar. Quiero sentir más, pero cada vez que la miro, siento menos.
—Estoy tan cansada —digo en voz alta—. Tan cansada.
Pensaba que si tú veías que podía con lo que sea que me lanzaban y aun así sonreír, verías que lo valgo.
No tiene idea de lo que soy.
Tal vez yo tampoco lo sepa. Tal vez nunca me he permitido averiguarlo.
Siempre hay algo que perder.
—El amor es una causa noble. ¿Como puede ser erróneo cualquier cosa que se haga en nombre de una causa noble?
Pienso en todas las cosas que ella no me dirá, todas las cosas que desearía saber. Pero ya que quiere que finja que todo está bien, lo único que puedo hacer es tragar mis preguntas y dejarla con su fuego.
—El deseo es algo raro. En cuanto está satisfecho, cambia a algo más.
Podría darte una espada que corta las estrellas.
—Espera —dice, dando un paso hacia mí—. Quiero verte otra vez.
— ¿Por qué?
—Porque eres como una historia que no ha sucedido todavía.
Quiero que me sostenga y que me diga que no había nada que podría haber hecho de manera diferente. Quiero que me diga que soy valiente y que me ama.
Durante más de la mitad de mi vida, he estado luchando contra el pánico. Tal vez no sea lo mejor para aparentar ser normal vivir con los nervios constantes, incluso necesario.
—Sí, puedo ver cómo eso es un talento real. No tener que decir lo que piensas en realidad.
Pero si no puedo reír, tal vez no estoy tan bien después de todo.
—Cosas agradables no suceden en los cuentos —dice Taryn—. O cuando suceden, algo malo sucede luego. Porque de lo contrario, la historia sería aburrida y nadie la leería.
—Ahora, aquí, ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio —lee—. Si se quiere llegar a otra parte, ¡hay que correr por los menos dos veces más rápido!
—Así son ellos —le recuerdo—. Así son las cosas. ¿Quieres que el mundo sea diferente de lo que es? Porque este es el mundo que tenemos.
Temo que si empiezo a sentir, no seré capaz de soportarlo. Me temo que la emoción será como una ola que me succiona.
No es la primera cosa horrible que he soportado y empujado al fondo de mi cerebro. Así es como he estado lidiando con ello, y si hay alguna otra manera mejor, no lo sé.
Me digo a mí mismo que no me importa que ella me haya dejado.
—Lo siento —le susurro mientras la sostengo—. Estoy improvisando. No quiero hacerte daño. Quiero salvarte. Por favor, déjame hacer esto. Déjame salvarte.
—Tal vez estoy más preocupada de que mi valentía se agote. Me preocupa que la adrenalina abandone mi cuerpo, dejándome para enfrentar la locura que he hecho.
Fuera, la luna está en lo alto del cielo, convirtiendo las hojas en plateadas.
He intentado ser mejor que ellos y he fallado.
¿En qué podría convertirme si dejara de preocuparme por la muerte, el dolor, por cualquier cosa? ¿Si dejara de intentar pertenecer?
En lugar de tener miedo, podría convertirme en algo que temer.
—Muestra tu poder al parecer sin poder. Eso es lo que necesito de ti.
Ahora, creo tener la respuesta. Llegaré tan lejos como haya que llegar. Iré demasiado lejos.
Es emocionante estar atrapada en la música, ser barrido en la marea.
—Eres muy hermosa —dice—. Como una noche de invierno.
—Dime, ¿podrías amarme? —pregunta, como no quiere la cosa.
— Por supuesto. —Me río, no estoy segura de la respuesta que debo dar.
—Me pregunto —dice—. ¿Qué harías por mí?
—No sé a que te refieres.
— ¿Renunciarías a una promesa por mí? —Me sonríe como si estuviera bromeando.
—¿Qué promesa?
—Cualquier promesa —dice a la ligera, aunque no es nada ligero lo que está preguntando.
—Supongo que depende —digo, porque la respuesta real, es un no rotundo, no es lo que alguien quiere oír.
—¿Me amas lo suficiente como para renunciar a mí? —Estoy segura que mi expresión es afligida. Él se inclina más cerca—. ¿No es eso una prueba de amor?
Pensé que la muerte no podría sorprenderme, pero... hubo tanta de esta. Un vergonzoso y ridículo exceso.
Puedo sentir mis pensamientos yendo a la deriva, puedo sentir que estoy comenzando a temblar.
Hay tantas cosas rotas que no sé cómo arreglarlas. Pero sé cómo luchar.
Odio a todo el mundo. Simplemente no los odio lo suficiente.
Entiendo por qué él la eligió a ella. Solo desearía que ella me hubiese elegido a mí.
Crecí pensando que estrategia es encontrar debilidades y explotarlas. Eso lo entiendo. Pero agradarle a la gente, hacer que la gente te acepte y quiera estar de tu lado, en eso soy mucho menos hábil.
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Frases de Libros
Casuale"A veces lees un libro tan especial que quieres llevarlo contigo durante meses, incluso después de haberlo terminado". pd: las frases le pertenecen a los escritores/autores de los libros.