Persona Normal (Benito Taibo)

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Me ha dicho más de cien veces que los sueños son de quien los sueña, y de nadie más.


El mundo de los otros, de los adultos, es extraño y complejo, como una galaxia lejana, difícil, lleno de sobreentendidos y cosas que no se dicen, tal vez porque las han dicho muchas veces.


Su pérdida hubiera sido la pérdida de mi propia identidad.


Las palabras, dependiendo del tono y la intención, cobran significados distintos. Si se dicen con mala fe, intentando herir, incluso las palabras aparentemente más sencillas pueden volverse horrorosas. Pero en el fondo, no son más que palabras.


Las palabras han hecho revoluciones, puentes, caminos. Han logrado que la gente se enamore o se odie para siempre. . . Lo importante es cómo se usan y qué se quiere decir cuando se usan.


Cuando algo suena terrible es porque se está diciendo con la intención de que suene terrible. Por eso hay que pensar antes de decir y nunca dejar de decir lo que se piensa. Pero elegantemente.


El amor es una cosa incomprensible.

Mucho más fácil que decir que no se comprende, que no se entiende, que no hay forma de agarrarlo en un puño, al igual que no se puede agarrar un virus, una célula, una mota de polvo. La frase «el amor es una cosa incomprensible» la había anotado, con letra minúscula, en el cuaderno de historia, mientras odiaba y amaba al mismo tiempo, con todas mis fuerzas, a Roxana, que a pesar de estar a sólo tres pupitres de distancia, era por el momento inalcanzable. Todos mis esfuerzos eran vanos.


—Mi diagnóstico, joven héroe, es muy simple. Tienes una daga clavada en el corazón. Eso que sientes se llama amor y no tiene remedio.


La poesía sirve para que las almas extraviadas se encuentren.


Se puede ser justo, heroico, honorable desde que uno tiene uso de razón. Incluso antes. Pero, de todas maneras yo no estaba convencido, la verdad es como una especie de droga. Te dan un poco y quieres más y más y más.


El amor funciona de maneras curiosas e insospechadas.


Pero déjame decirte que las cicatrices son muy importantes, hay que lucirlas con orgullo, porque cada una, pequeña o grande, cuenta una historia, tan pequeña o grande como quieras.


«educación sentimental». No sirven para hacerte profesionista o ingeniero o médico. Sirven para hacerte mejor persona. Para que seas lo que quieras ser, pero humano.


El libro es jardín que se puede llevar en el bolsillo, nave espacial que viaja en la mochila, arma para enfrentar las mejores batallas y afrentar a los peores enemigos, semilla de libertad, pañuelo para las lágrimas. El libro es cama mullida y cama de clavos, el libro te obliga a pensar, a sonreír, a llorar, a enojarte ante lo injusto y aplaudir la venganza de los justos. El libro es comida, techo, asiento, ropa que me arropa, boca que besa mi boca. Lugar que contiene al universo.


Sé cuánto ama sus libros. Mis libros. Me estaba regalando la imaginación, la pasión, la aventura, los pensamientos de otros, sus sueños, sus desgracias, sus anhelos. Ahora también son míos.

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