Parte 2: Shatter Me (Tahereh Mafi)

80 0 0
                                    


Me pregunté si el color de tus ojos significaba que veías el mundo de manera diferente. Si el mundo te veía diferente como resultado.


No tienes idea de cuanto he pensado en ti. Cuantas veces he soñado... —Dejó escapar una tensa respiración—. Cuantas veces he soñado con estar así de cerca contigo. 


—Dios, Juliette, te seguiría a cualquier parte. Eres la única cosa buena que queda en este mundo.


Pero él está empezando a romperse, Juliette. Está tan desesperado por tenerte... porque te le unas. Y por todas sus amenazas, no quiere forzarte. Quiere que lo quieras. Que lo escojas a él, de todos modos. 


Hay secretos por todas partes.

No hay respuestas por ninguna parte.


Yo, obviamente, no sé de lo que soy capaz, de por qué no tenía ni idea de que podía destruir cualquier cosa y de repente estoy tan aterrada, tan atemorizada de mis propias manos.  


. . . y no veo nada excepto su camiseta blanca empapada, nada excepto agua bailar por su rostro, nada excepto sus ojos llenos de un mundo del que muero por ser parte.


Él quiere que seas alguien que no eres, y no puedes dejar que te destroce.


—Porque estoy enamorado de ti.

El sabor de sus palabras perdura en mis labios.

—¿En serio...?

—Dios, Juliette...

Y él me está besando.


Está haciendo desaparecer con besos el dolor, la herida, los años de odio a mí misma, las inseguridades, las esperanzas frustradas por un futuro que siempre imaginé como obsoleto.


La intensidad de nuestros cuerpos podría romper estas paredes de vidrio.

Casi lo hace.


—Tú eres mi pájaro —le digo—. Tú me vas a ayudar a echar a volar.


—Eres tan hermosa —me dice él. 

—Había olvidado mi propio rostro —susurro. 

—Sólo no olvides quien eres —dice él.

—Ni siquiera lo sé. 

—Sí, sí lo sabes. —Él levanta mi cabeza—. Yo lo sé.


Trato de entender la confianza que él tiene en quién cree que soy y me doy cuenta que su consuelo es lo único me detiene de lanzarme a la piscina de mi propia locura. Él siempre ha creído en mí. Incluso silenciosamente, él peleó por mí. Siempre.


Nunca en mi vida he querido tanto estar viva. No quiero perder todo tan pronto.


—La risa proviene de vivir. —Me encojo de hombros, tratando de sonar  indiferente—. Yo nunca antes he vivido realmente.


Frases de LibrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora