(2) Cazadores de Sombras: Ciudad de Cristal (Cassandra Clare)

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—¿Qué te ha sucedido?Jace pareció ofendido.

—¿A mí?—¡Has dicho que ibas a dar un paseo! ¿Qué clase de paseo necesita seis horas?

—¿Un paseo largo? —sugirió Jace.—Podría matarte —dijo Alec, soltando la ropa de su amigo—. Me lo estoy pensando.

—Eso lo echaría todo a perder, ¿no te parece? —dijo Jace, y miró a su alrededor—.


Porque eso era lo que hacías con la familia cuando has estado preocupado por ellos, agarrarlos fuertemente y decirles lo mucho que te han enojado, y que todo está bien, porque no importa lo enfadado que hayas estado, ellos son todavía parte de ti.


—No me gustas —dijo él de forma pensativa—. Sé que a todos los demás les gustas, Sebastián, pero a mí no. Tal vez sea que te esfuerzas tanto en hacer que a la gente le gustes.


La voz era la de Clary. Él la reconocería en cualquier lugar. Se preguntaba si su mente estaba evocándola ahora, un recuerdo sentido de lo que más había amado durante su vida para llevarlo a través del proceso de la muerte.


— Tenías que hacer un amigo loco en la cárcel, ¿no? ¿No podías simplemente contar baldosas o domar un ratón como hacen los prisioneros normales?


Te hace creer que es alguien que no es.


No estaba seguro de quién eras, mucho menos lo que eras.


—No estaba seguro —volvió a decir, medio para sí—, y en los momentos en que me lo preguntaba... pensaba que, tal vez, la educación podría importar más que la sangre...


Supe que no habría lugar para mí en su nuevo mundo.Y supe que había vendido todo lo que tenía por una mentira.


Crees que sabes todo acerca de ello, pero no es así.


—Tiene esa costumbre, ya sabes...¿el modo en que lanza esa exclamación ahogada cuando la besas, como si la sorprendiera?


«Le habría comprado libros —pensó—. Todos los libros que hubiera querido.» Aunque eso ya no importaba.


La gente no nace buena o mala. Quizás nacen con tendencias de algún tipo, pero es la forma en la que vives tu vida lo que importa.


Desafortunadamente, no odias a nadie tanto realmente como a alguien que una vez te importo.


—No creo que haya oído nunca a una chica decir eso antes —repuso Simon—. Pensaba que Jace era la clase de chico que encaja con el tipo del todo el mundo.

—También yo lo pensaba —dijo Aline despacio—; por eso le besé. Intentaba descubrir si cualquier chico es mi tipo.


— Pero, oye, al menos no tienes que preocuparte por Jace.

«Ojalá»—Siempre tengo que preocuparme por él.

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