Los mayores siempre tienen necesidad de explicaciones.
Cuando me he encontrado con alguien que parecía lúcido, he ensayado la experiencia de mostrar mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si era verdaderamente un ser comprensivo pero siempre contestaban: "Es un sombrero".
Cuando el misterio es tan impresionante, uno no se atreve a contravenir.
Fueron frases al azar las que, poco a poco, me fueron revelando sus secretos.
–A donde vaya no puede ser muy lejos.
Tener un amigo es un verdadero privilegio y si uno se olvida de ellos se corre el riesgo de volverse como las personas mayores que sólo se interesan por las cifras y los números.
"Después de que uno termina su baño matinal, hay también que limpiar la casa, es decir, acicalar cuidadosamente al planeta.
¡Ah, mi pequeño amigo, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue observar la dulzura de los atardeceres.
–Me gustan mucho las puestas de sol. Vamos a ver una.
–Hay que esperar...
–¿Esperar qué?
–Que el sol se ponga.
–¿Sabes? Cuando uno está demasiado triste es bueno ver las puestas de sol.
–Ese día estabas muy triste ¿verdad?
–¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden y las espinas son su defensa.
–Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es suficiente mirar al cielo para ser feliz pues puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte..."
Yo ya no sabía qué decirle, cómo consolarle y qué hacer para recuperar su confianza; me sentía muy torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
–¡Qué hermosa eres!
–¿Verdad? –Respondió dulcemente la flor–. Además, he nacido al mismo tiempo que el sol. El principito advirtió que ella no era muy modesta, pero ¡era tan conmovedora!
Y así fue como ella lo había atormentado con su vanidad un poco sombría.
Así, a pesar de la buena voluntad de su amor, el principito llegó a dudar de ella.
Había puesto demasiada atención a palabras sin importancia y se sentía desdichado.
"No debí haber hecho caso a sus palabras –me confesó un día–. No hay que hacer caso a lo que dicen, basta con mirarlas y aspirar su aroma. Mi flor perfumaba mi planeta y, en ese entonces, no bastó para complacerme...
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Frases de Libros
Random"A veces lees un libro tan especial que quieres llevarlo contigo durante meses, incluso después de haberlo terminado". pd: las frases le pertenecen a los escritores/autores de los libros.