Capítulo 8

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Una vez resuelto el asunto, Gu Louyin decidió llevar con él el espejo de bronce al Pabellón Yunjian. Los demás no se opusieron.

—¿Ahora vas a volver al Pabellón Yunjian, Maestro Gu? —preguntó Xiao Yuan.

Gu Louyin negó con la cabeza.

—Todavía no he encontrado a mi shixiong y el paradero de las tres personas del espejo también es desconocido.

—¿Ahora a todos los shixiongs les gusta correr por ahí? —Mu Yingyang intervino sombrío.

—De acuerdo —Xiao Yuan lo ignoró—, entonces lo encontraremos antes de volver.

—¿Nosotros?

—He admirado el prestigio del Pabellón Yunjian durante mucho tiempo y siempre he querido ir a verlo y pedir un trozo de jade caliente —dijo Xiao Yuan con una sonrisa—. ¿Le gustaría al Maestro Gu llevarme allí?

Xiao Yuan fue cortés con Gu Louyin, y éste, naturalmente, no se negó.

—De acuerdo.

—Yo también voy —exclamó Mu Yingyang.

Xiao Yuan estaba un poco impaciente.

—Shidi, deja de causar problemas.

Mu Yingyang se pavoneó.

—¿No quieres ir a conocer el Pabellón Yunjian ? Te acompañaré, y cuando termines de mirar, volverás a nuestro shimen conmigo.

Xiao Yuan no se molestó en discutir demasiado con Mu Yingyang. Era imposible para él volver a su shimen, imposible en esta vida. Cuando complete la tarea de [All Have] y no haya más limitaciones, ¿quién puede controlar a dónde va?

—Tus piernas te pertenecen, puedes ir si quieres, pero no digas que tu shixiong no te advirtió que la gente del Pabellón Yunjian da mucha importancia a la etiqueta y a los modales, así que si no templas tu actitud, ten cuidado con que te echen.

Mu Yingyang miró a Gu Louyin y dijo con frialdad:

—Eso sólo si tienen la capacidad de hacerlo.

Permanecieron en la Ciudad de Luling durante varios días y todavía no habían encontrado al mayordomo Wang y a las otras dos personas; sin embargo, el shixiong que Gu Louyin buscaba tomó la iniciativa de encontrarlos él mismo.

El mesero llegó cuando los tres estaban almorzando porque a Mu Yingyang no le importó la mesa llena de deliciosa comida y lo llamó para decirle que quería pedir algunos platos más.

—Casi nos vamos, ¿no hay suficientes platos para ti? —dijo Xiao Yuan.

—De qué sirve tener muchos platos si no son los que quiero comer —respondió Mu Yingyang con seguridad.

—El Maestro Inmortal puede comer lo que quiera. No importa, este pequeño ordenará inmediatamente a la cocina lo prepare —repuso el mesero con prisa.

Mu Yingyang tomó la palabra.

—Cangrejo relleno de naranja, pasteles de camarones fritos, lubina al vapor...

Cuanto más lo escuchaba Xiao Yuan, peor se sentía.

—Esto parece ser lo que me gusta comer a mí ¿no es así?

—Oh, ¿así que a ti se te permite que te gusten, pero a mí no?

Xiao Yuan sintió como si estuviera hablando con un niño de tres años.

—Yo no he dicho eso. Sin embargo, Luling se encuentra en el territorio del norte y está en pleno invierno, ¿dónde van a encontrar cangrejos para ti, por qué tienes que ponérselo difícil a los demás?

El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora