Capítulo 85

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Unos días después, Shen Qianyan envió a alguien al Pabellón Yunjian para informar, que la Secta Xuanle capturó vivo a Gu Louyin. Aunque el Pabellón Yunjian emitió una orden de matar a Gu Louyin, recordando que Gu Louyin era el hijo biológico de Gu Hang, Shen Qianyan mantuvo temporalmente con vida a Gu Louyin y dejó que el Pabellón Yunjian se ocupara de él.

Después de que Gu Hang escuchó eso, dijo sin urgencia:

—Gu Louyin puede escapar del Pabellón Yunjian. ¿Cómo lo sometió la Secta Xuanle?

El discípulo de la Secta Xuanle no fue ni arrogante ni humilde:

—Cuando se trata de esgrima, la Secta Xuanle naturalmente no puede compararse con el Pabellón Yunjian. Sin embargo, Gu Louyin tiene un demonio en el corazón y la Secta Xuanle es buena entrometiéndose en los corazones de la gente con la música. Como dice el refrán, una cosa lleva a la otra, y era de esperar que Gu Louyin cayera en manos de la Secta Xuanle.

Después de hablar, el mensajero levantó la cabeza y miró a Gu Hang. Vio que ni la alegría ni la ira podían distinguirse en la expresión de la otra parte. No percibió ninguna apertura y no sabía si Gu Hang se lo creyó o no.

—La mestra Shen estableció una vez una formación guqin en el Pabellón Yunjian, pero sólo atrapó a Gu Louyin temporalmente —dijo Qian Sang—. Ahora que Xiao Yuan ha vuelto a la vida, me temo que no es tan sencillo usar el demonio corazón de Gu Louyin.

Antes de que Gu Hang dijera nada, Lin Wulian no pudo quedarse quieto.

—Maestro, si la Secta Xuanle atrapó a Louyin o no, lo averiguaremos cuando vayamos a comprobarlo.

Después de hablar, tosió violentamente. La última vez, Lin Wulian fue gravemente herido por la espada de Gu Louyin en el pasadizo secreto. Despúes, Xiao Yuan le dio algún tipo de medicina que incluso Han Mu no pudo identificar. Su herida no se curó durante mucho tiempo y sólo pudo permanecer en el lecho de enfermo. Se convirtió en un hombre desecho, incapaz incluso de portar una espada. Hoy, oyó que la Secta Xuanle estaba ahí y traía noticias sobre Gu Louyin, así que sacó su cuerpo enfermo de la cama. Gu Hang y Qian Sang estaban de pie, pero él estaba sentado, con el rostro pálido y los huesos de la cadera hundidos. Era obvio que estaba muy enfermo.

Gu Hang miró a Lin Wulian, despidió al discípulo de la Secta Xuanle y dijo con frialdad:

—Realmente eres bastante enérgico cuando se trata de él.

Lin Wulian apenas consiguió dejar de toser y dijo:

—Qingyan fue robado y las almas remanentes de la ciudad han desaparecido. ¿No está preocupado el Maestro?

—Espero que estés preocupado por Qingyan —respondió Gu Hang.

La cara de Lin Wulian se puso rígida. Al ver eso, Qian Sang intervino:

—Por muy urgente que sea, no es algo que deba apresurarse. La Secta Xuanle no es una secta honesta, con un joven maestro como Shen Fugui. Ahora que Qingyan está en manos de Gu Louyin y Xiao Yuan, es razonable que el Maestro del Pabellón tenga algunas preocupaciones, ya que puede ser una trampa.

Lin Wulian juntó las manos e insistió:

—Si no es una trampa, ¿no perderemos la oportunidad de recuperar a Qingyan?

Gu Hang pensó un momento antes de decidirse:

—Enviemos primero a algunas personas a la Secta Xuanle para averiguarlo. Elije a algunos que no sean ni demasiado fuertes ni demasiado débiles.

Ese mismo día, Jiang Liuyuan, el discípulo mayor de la generación más joven del Pabellón Yunjian, al frente de un grupo de sus hermanos menores, partió hacia la Secta Xuanle. Cuando Jiang Liuyuan y los demás llegaron, encontraron que la atmósfera en la secta era solemne y las expresiones de los discípulos de la Secta Xuanle eran serias, como si estuvieran profundamente reservados sobre algo no dicho. Jiang Liuyuan preguntó al discípulo de la Secta Xuanle que los guiaba:

El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora