Capítulo 17

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Al ver estas trece palabras, Xiao Yuan de repente se dio cuenta de lo que significaba para la gente común "casarse".

"Unidos en matrimonio como marido y mujer, no hay duda de su amor". El matrimonio unía a dos personas no emparentadas por sangre para que pasaran el resto de su vida juntos; por la riqueza y la gloria, en la vejez, la enfermedad y la muerte; nunca se separarían hasta morir. Algo tan importante era la condición de Xiao Yuan para ser libre; y para Gu Louyin, la condición para salvar a su shixiong. Era irónico pensar en ello.

El comportamiento de Gu Louyin era el mismo de siempre, sólo un rastro de tensión expectante se escondía en sus ojos ocultos bajo sus largas pestañas.

Xiao Yuan devolvió la bolsita a Gu Louyin y le dijo:

—Entre tú y yo, parece que no hay necesidad de hacer esto.

Gu Louyin tomó la bolsa, cerró sin fuerza la palma de su mano y asintió.

Luo Lan comenzó a decorar el lugar. Las puertas y ventanas estaban tapizadas con la palabra "felicidad" y colgaban grandes linternas rojas bajo los aleros. Utilizó una habitación vacía como cámara nupcial, colgó seda roja, colocó velas del mismo color y sustituyó la ropa de cama por flamantes edredones de boda.

—¿De dónde sacaste estas cosas? —preguntó Xiao Yuan ante aquello que le parecía novedoso.

—Todo fue seleccionado personalmente por el joven maestro en su visita a Huaizhou.

Xiao Yuan tosió ligeramente.

—Veo que tenía mucho tiempo libre.

Después de que Luo Lan colocara la última palabra de "felicidad", se inclinó hacia Xiao Yuan.

—Maestro Xiao, ¿te gusta nuestro joven maestro?

—¿Por qué lo preguntas?

—Porque es claro que estás deseando casarte —dijo Luo Lan con una sonrisa—. Puedo notarlo.

Los ojos de Xiao Yuan se iluminaron de nuevo, brillantes y hermosos, como si estuvieran llenos de agua otoñal. En ese instante recuperó un poco de su belleza y brillo originales. Apoyó su barbilla y dijo con una pequeña sonrisa:

—Sí, lo estoy deseando.

El 19 del tercer mes, Xiao Yuan fue despertado por Luo Lan antes de siquiera dormir lo suficiente. Luo Lan, un adolescente, era más regañón que una matrona de la ciudad y no paraba de murmurar algo sobre el momento propicio. Xiao Yuan tenía demasiado sueño y no se molestó en moverse, así que lo dejó dar vueltas. Vistiéndolo con ropa de boda y peinándolo, Luo Lan sacó una caja con polvo de maquillaje y sugirió:

—¿Al maestro Xiao le gustaría aplicarse un poco?

—No hace falta.

—Pero tu cara no tiene muy buen aspecto y tus labios no tienen color. Todavía te ves enfermo.

—Porque lo estoy. Gu Louyin puede casarse o no, depende de él.

—Entonces esta corona y el velo rojo... —dijo con impotencia Luo Lan.

—Está bien —consintió distraído Xiao Yuan—. ¿Por qué dos hombres se pondrían tan elegantes?

Luo Lan miró a Xiao Yuan en el espejo. Aunque se negara a llevar la corona roja, aunque su rostro estuviera disminuido, seguía siendo inquietantemente bello, tanto que la respiración se entrecortaba y se calentaba al mirarlo. Al verlo así, Luo Lan se dio por vencido.

—Está bien, no te la pongas si no quieres. Te ves bien de todos modos.

Después de vestirse, Xiao Yuan salió de la casa con la ayuda de Luo Lan. Gu Louyin llevaba tiempo esperándolo afuera. Al salir, los dos se miraron, ambos aturdidos. Era la primera vez que Xiao Yuan veía a Gu Louyin con otra ropa que no fuera blanca. Llevaba un atuendo de boda escarlata, alto y con aspecto de jade, limpio y refinado, como un inmortal exiliado que había caído en el mundo de los mortales y fue seducido por algún espíritu demoníaco. Los dos se miraron durante mucho tiempo, y fue Gu Louyin el primero en apartar la mirada. Tal vez debido a la luz, su rostro blanco como el jade parecía estar teñido de un toque de brillo rojo. Gu Louyin se dirigió a Luo Lan.

El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora