Capítulo 36

169 36 10
                                    

Xiao Du despidió a todos y se sentó solo a vigilar al hombre en la cama hasta el amanecer.

Cuando Xiao Yuan despertó, notó que la fragancia que siempre percibía ligeramente en el Palacio Baihua desapareció, y fue sustituida por un aura fría y familiar. Abrió lentamente los ojos, con las pestañas temblorosas. Las pestañas de este cuerpo eran cortas y escasas, por lo que ese movimiento no se parecía en nada al despertar de una belleza.

—Está despierto.

Xiao Yuan durmió durante un día y una noche y todavía estaba aturdido. Luchó por sentarse y un par de manos suaves apoyaron su espalda. Levantó los ojos para mirar a la dueña de las manos. Era una chica dulce con una cara bonita. Parecía haberla visto antes en alguna parte.

—¿Tú eres? —preguntó Xiao Yuan con voz muda.

—Me llamo Le'er —dijo ella—, la anciana Meng me ordenó que cuidara bien del joven maestro.

La anciana Meng... Los ojos de Xiao Yuan se aclararon y su expresión cambió mientras miraba a su alrededor. Estaba en la Secta Xingtian, en la habitación en la que vivió dos años atrás. Incluso la criada que le servía era la misma de antes. No había duda de que Xiao Du lo trajo de vuelta. Sin embargo, Xiao Du en realidad no lo puso en el corredor de la muerte, sino que lo colocó en la casa donde vivió en el pasado. ¿Qué significaba eso?

—¿Sabes quién soy? —preguntó Xiao Yuan.

Le'er negó con la cabeza.

—Sólo sé que el joven amo es muy importante para el Señor, así que sin duda serviré bien al joven amo.

Xiao Yuan se quedó perplejo.

—¿Importante?

—Su Señoría nunca permitió que otros entraran en el Patio Chanxin. Al contrario, ha estado aquí a menudo en los últimos dos años, sentado en esta habitación durante medio día —dijo Le'er—. Ahora que permite al joven maestro quedarse aquí, es obvio que el joven maestro es una persona a la que el señor concede gran importancia.

Xiao Yuan se dio la vuelta, se levantó de la cama y salió de la casa. El paisaje y los objetos del patio eran los mismos que hace dos años, y el rayo de luz que iluminaba su cara era tan cálido como en sus recuerdos. Le'er le persiguió y preguntó:

—¿Adónde va el joven maestro?

—Fuera de aquí.

—Pero la anciana Meng le pidió que descansara en el Patio Chanxin –dijo ella sorprendida.

A Xiao Yuan no le importaba lo que Meng Chi le pidió y dijo solemne:

—Mis disculpas.

Le'er sintió dolor en el cuello y se desmayó antes de poder reaccionar a lo ocurrido. Xiao Yuan la llevó de vuelta a la casa y le quitó la ropa.

Xiao Yuan acababa de quitarse la bata cuando una voz baja y ronca sonó detrás de él:

—Ah Yu es tan guapo, ¿por qué siempre tiene que usar la cara de otro?

Oyendo el nombre olvidado por largo tiempo, Xiao Yuan hizo una pausa y se giró con rigidez. El tono de Xiao Du sonó como de costumbre, pero su expresión era cansada y desanimada, como si acabara de sobrevivir a una gran tribulación, y los ojos que lo miraban estaban llenos de pena contenida. Pero aun así, este hombre seguía siendo peligroso y poderoso, y la viciosa arrogancia grabada en sus huesos le hacía parecer nada humilde. El corazón de Xiao Yuan se tensó.

—¿A quién llamas?

Xiao Du se acercó a él, se inclinó más cerca de su oído y susurró:

—Estoy llamando... —Su aliento era caliente y tibio—. A ti.

El mundo entero es mi crematorio + Extras [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora